viernes, 16 de julio de 2010

El candelabro de los siete brazos.



Alef

     Cuando te veo, ¡oh corazón!, en medio de la gente, entre mujeres desfloradas y
amigos maduros, siento una lacrimosa ternura.
     ¡Oh corazón! Tú eres también entre ellos como una mujer desflorada y tú también
has perdido la blancura de tus mejillas y la pureza de tu juventud.
     Tú también tienes hoy una cara borrosa y un cuerpo fatigado; y entre los hombres
maduros reposas, ávido de paz.



Rafael Cansinos Assens

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