lunes, 30 de abril de 2012

La civilización de la cultura

Para subirme al rango de la alta
para bajarme al charco de la baja
la misma escalera necesito, repito:
sólo hay una escalera para todos.

No se amontonen, oigan;
aquí hay un muerto insigne
y lleva haciendo cola más de un siglo.
Si no saben subir sin aspavientos
a qué tanto debate, ¿ qué quieren?
                                                     ¿ otro mito?

¿No tienen suficiente con un cuenco de arroz
y el canto, sobre la rama, de un pajarito frito?

Para ocupar la vacante del parnaso
o en su defecto chupar triste banquillo
la única, la misma, la sola escalera que hay
en este mismo instante me la llevo.

Suban o bajen por el ascensor,
a mí esa discusión me importa un pito.

4 comentarios:

  1. ¡Madre mía! un par de días sin ver tu blog y uno siente vértigo ante tal cantidad de entradas.
    La imagen del cuenco de arroz y el pájarito frito es genial. Me ha evocado una canción de Battiato (creo que es Bandera Blanca)donde dice que prefiere la ensalada a Beethoven y las uvas pasas a Vivaldi
    Enhorabuena, fértil Manuel.

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  2. Yo quiero ser obrero de palabras. Tiene razón señor Velasco, incontinente soy, de un mundo desbocado. La mayoría son pasto del diablo, vive dios, pero me siento honrado.

    Un afectuoso saludo, Miguel Ángel.

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  3. Había ya visto la entrada el día que la publicaba y no dejé seña, pero le digo ahora que, como en muchos textos suyos, me sorprende la maestría con que condensa preocupaciones que a otros les llevaría capítulos enteros exponer. Roto el mito, desmontada la escalera, hace tanto que se han acabado las distinciones entre arriba y abajo, desde siempre legitimadas/condenadas -incluso enunciadas- arbitrariamente. Vaya a saber si existían o no, o si cobraban sentido sólo en su oposición con las otras. Desde luego, nos quedará la nostalgia de una escalera, del agitarse subiéndola o de caer cediendo al vértigo. Ahora elevadores, higiénicos, fáciles, indistintos. Un saludo de Guanajuato.

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  4. Muchas gracias Don Belianís, me tengo por un escritor bastante modesto, pero viniendo de ti, a fe que es verdad. Me pulsaba por dentro una lectura mínima que hice del polémico texto de Vargas Llosa y alguna exégesis que he ido leyendo detenidamente, en un blog de cuyo nombre no quiero acordarme. Parece un diletante el señor Llosa. Sin duda, la arbitrariedad y el anacronismo de ciertas distinciones, se está acabando. Un saludo cordial. Sepa que en la entrada Certezas, me ha venido al final el recuerdo de esa frase tuya, tan certera: el racionalismo conduce al vacío.

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