lunes, 7 de mayo de 2012

Nietzsche destroza un busto de Platón a martillazos

      Pongamos que Hegel recuperó a Platón como si fuese un jarrón chino. Lo colocará en una columna a tal efecto; sus nietos no se percatarán del efecto que hará el busto del bueno de Platón: están siempre jugando a cosas estúpidas que aburrirían a un niño. De pronto presencia simbólica del padre del Estado, por lueñes siglos concepto silvestre teñido de color pardo horizonte. Se presenta ahora, no ha podido llegar antes. Su señora de Hegel le dice a Hegel:

Nietzsche miró para otro lado.
          ¿Qué repúblicas son estas, tu te crees
          que esto son repúblicas de levantarse
          a la hora que te salga del estado?

Cuando Hegel, aún no existía la izquierda (aunque digan algunos que Jesucristo no se qué) sólo había derecha. Y lo demás era una masa deforme de gente malnutrida sin derechos. Pero como el tiempo ya sabemos la prisa que lleva; entonces llegó la moda de comer bien. Peste de necesidad o torpe capricho y todo el mundo quería subir al tren. Ahora es distinto, algo pasa, tal parece que lleváramos todos sangre azul en las venas. Somos epicúreos si he comprendido bien. Parece que las altas razones del Estado, esas cornisas donde gravita el poder como un péndulo oxidado y lento, están cayendo como pomelos maduros. El estado es el sujeto moral tomado en su conjunto. Uno por uno. Qué cada cual pase el examen de excelencia en personalidad y buen gusto. Aquí no hacemos distingos de clase. Aquí se viene a filosofar a martillazos. Esta racionalidad de ir a 200 por hora que no descansan ni los gorriones en los chopos ya no sirve para carajo la cosa, vivimos en la chingadera, criapiojos de la sociedad mecanicista, lo macanudo empuja por la borda el más mínimo intento de vivir ajenos a la marabunta feroz de noticias que mugen como vacas con las ubres repletas de leche y te encaran con esa mirada dócil y húmeda y te convencen de seguir con el sistema de mamoneo que tenemos. Menos mal que Federico rompió el jarrón chino, el busto de Platón en mil pedazos. Como dice un amigo: la racionalidad conduce al vacío. En la inacción suceden cosas.


                                           Unendlich, for voice & piano by Friedrich Nietzsche on Grooveshark





4 comentarios:

  1. Epicúreos de sangre azul, que despiertan de su sueño a golpe de crisis. Los golpes de un estado al servicio de una racionalidad económica (es decir egoísta) descarada.
    El Platón que Nietzsche intentó destruir es digno de muerte, pero yo contemplo también otro, el de la ilusión por construir una sociedad justa y el que propone a Eros como mediador de la razón.
    Salud, Manuel.

    ResponderEliminar
  2. Tienes razón. No hay que perder de vista el horizonte común nunca. Todo se verá, los motores del neoliberalismo están en ralentí. Efectivamente, el sueño es mirar de frente la realidad y volver a sembrar razón en vez de racionalismo 3.0: la puntuación de Rajoy en las encuestas, menudo problema.

    Salud, Miguel Ángel.

    ResponderEliminar
  3. Por algo habré dado con este texto ahora y no antes, Manuel, ahora que comparto sí tal vez el desconcierto, el desgaste por tanta atención distraída, por tanto navegar inútil. No cargo, desde luego, con mundo para saber si ha venido bien o no que se rompan cuáles bustos. Sí con la sospecha de lo que, me parece, también hablas aquí, y que es el resistirse a esta aspiración vanidosa y falsa de conocimiento total de las cosas, conocimiento disponible y continuo. Resistirse al engaño de esta inmediatez, de este acceso ilimitado que se quiere trascendente y para el hombre, pero que agobia y no parece asentado en la vida.

    Recordé, no sé si justamente, una línea de Chris Marker, 'la percepción sin forma es extenuante'. Te agradezco el recuerdo que dejas aquí de aquella otra entrada mía, seguro que busco enfrentar esos mismos pensamientos ahora. Un saludo, Manuel.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Rodolfo, ha tiempo que te espera este texto, no quise en su momento ser más explícito y dejé la referencia de esta frase magnífica, que define sin duda el eje del concepto: fuera vanidades del conocimiento total. El racionalismo conduce al vacío, debería ser el lema a la entrada de la más magna facultad de filosofía. Esta frase es una verdad de tal calibre, que siempre volverá por sus fueros. Gracias a tí, mi querido amigo, y dejar aquí también un recuerdo más.
      Un abrazo, Rodolfo

      Eliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...