miércoles, 25 de julio de 2012

Aria triste / Vicente Núñez

Antes de que se cierre la cancela y el faro
rasgue con su guadaña el estor de la tarde
hay un jardín sombrío que aguarda unas pisadas
entre la celosía otoñal de una cita.

Los muchachos que vuelven de la playa, la ronda
última de los novios que atenúa la niebla,
la red de los silencios y su copo doliente
rozan por un instante esa amarga clausura.

Pasan como vencidos del rigor de los besos,
tu que esperaste en vano de una noche a otra noche,
y dejan en la agreste baranda de la arena
el áspero geranio de un sollozo votivo.

La barca en que un arráez se pierde entre las rocas
es sólo un vago indicio, bajo la luna llena.
Tras el balcón abierto hay un libro, unas flores...
un timbre casi anuncia la ausencia de sus manos.

Y el amor, que salvaba la verja y los rosales,
lejos de la corola de su ser se evadía;
y en los acantilados su sangre decoraba
la ruda y pavorosa soledad de las olas.

Y una noche, a las doce...la terraza era un friso
de espaldas y organdíes que agitaba la música.
Y el mar siguió vacío, y la playa desierta,
y no se oyeron pasos, y no vino a la cita.




4 comentarios:

  1. Muy bien, Manuel. Un conjunto de imágenes poéticas muy expresivas.
    Te felicito.
    Salud
    Francesc Cornadó

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  2. Un poema de Vicente Núñez, Francesc, del grupo Cántico. eran grandes amantes de los clásicos. Gracias.
    Salud
    Manuel

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  3. A medio camino entre Cernuda y Vicente Aleixandre, tiene del primero la dicción y del segundo la imaginación. Mi pereza congénita, que me hace miembro eminente del clan oblomoviano, me había impedido entrar en algunos poetas. ¡Corro a remediar mi carencia, convertida, por arte de haberlo tú pregonado, en descarnada necesidad! Gracias, Manuel.

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  4. Gracias a ti, Juan, por considerarme culpable de tan lírica carencia, pagaré la penitencia con alegría. Milita uno también en el clan de los melancólicos y esta referencia a Ovlómov, me recuerda aquella hermosa pintura de Modigliani, Le jeune apreentie, que parece adolecer de esa heredada pereza que tan jugosos frutos da, cuando la vive uno con convicción.

    Salud

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