miércoles, 5 de septiembre de 2012

Parada y reflexión

Esta obscenidad de enfrentarse a la página en blanco con la seguridad de que la tinta no se va a correr no le resta al texto verdad ni belleza. La poesía es un aspecto del pensamiento, la belleza un aspecto de la verdad, dice Martin Heidegger: si pudiera uno añadir algo, diríamos que en aquella aparente obscenidad reside lo demasiado humano. Es la pulsión de escribir en el lienzo de la vida los trazos de un destino cuyos hilos sólo maneja uno; marioneta de sí mismo.

                            El destino es un ¡Oh! a la izquierda

                            Dinamismo claro. La alegría de un puro conocer
                            como hace el niño al descubrir, ajeno a la idea,
                            la forma sensible de las cosas y su luz, eufórico.

                            Aunque la idea se aleje en mil espejos
                            múltiplos neutros de la sacrosanta razón...
                            de ese hastío de cuernos lidiados por el tiempo
                            hay que salir sin hacer ruido:
                            no es necesario que sea con música,
                            en el silencio habita la sagaz inocencia
                            y es mejor valerse de ella a veces
                            antes que se aje el pensamiento.

                            Ya me estoy alejando de la plaza común
                            para ir a parar a un tentadero de conceptos
                            astifinos ¡Oh metafísica! sin ti seríamos animales
                            rendidos a la evidencia carnal de la fotografía
                            en donde duermen acaso los sentimientos
                            congelados por un aire de familia
                            proclive a una sonrisa ensayada.

                            El destino es una fuerza inútil, poderosa y callada.


                                  Taquito Militar (Milonga Porteña) by Jorge Cardoso on Grooveshark



4 comentarios:

  1. Siempre me había parecido que el poeta debe tener un poco [¿o era mucho?] de ese empecinamiento inocente de los niños por admitir sólo con displicencia lo que le dicen que las cosas son. No quedaría casi nada por hacer si las ideas estuvieran siempre por encima de lo sensible. Yo de toros no sé nada, pero me ha gustado mucho esta entrada, Manuel. Reflexión plural.

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    1. Lo digo sin afectación, querido amigo, siempre es un honor contar con tu interés y tu visita. La cantidad de inocencia que el poeta acumule es lo de menos, con que sea una poca prenderá como pólvora en el poema y hará brotar su chispa sensible y plural. Los toros, qué animales tan imprevisibles para quien no los conoce y para quien los trata muy de cerca, una fiesta en declive, ese debate es harina de otro costal. Muchas gracias, Don Belianís.

      Salud

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  2. Ese tudesco amigo mío no hace sino copiar malamente la asociación griega de verdad, belleza y bien, desarrollada luego por ciertos filósofos y neoplatónicos del Renacimiento.
    Afortunadamente tu poema tiene poco que ver con el germano. Respetar las cosas, salvarnos en las cosas, que decía Ortega. Porque donde la idea, el concepto (la metafísica), no llega, es necesaria la metáfora (la poesía).
    Enhorabuena, Don Manuel.

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    1. Siempre que me ratificas tu saludable despego a Heidegger, noto que respiro mejor, me ha parecido durante mucho tiempo que este tipo de metafísica tan influyente y necesaria para el progreso de la humanidad, tiene un envés gris y fatalista de la lengua, esto es, un complejidad inasequible incluso para aquellos que la dominan: hay lugares, Miguel Ángel, donde la metáfora llega tarde siempre, como esos artistas de medio pelo que se dan pisto con sus novias haciéndolas esperar...tienes razón, la metafísica se parece un tanto a la mística en que los lectores nos quedamos dándole vueltas a un universo ordenadísimo pero peculiarmente díscolo en el punto ese del da sein, que es en verdad un acto posmoderno, yo diría que el primer acto posmoderno de arrojar el ser ahí en una cámara de gas o donde sea. Hoy paseando por el río común sevillano, he visto a unos chicos relamidos que olían a Rinconete y Cortadillo, haciendo botellón a las 7 y media de la tarde ¿No son acaso otra expresión del da sein o es que estos imberbes no tienen un NO LUGAR en condiciones para intoxicarse?

      Disculpa por el exordio metacrítico, mi buen amigo y muchas gracias, celebro que te guste el poema.
      Salud

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