viernes, 5 de octubre de 2012

ROMANCE QUE ESCRIBIERON LOS LECTORES / de Bohumil Hrabal


     SEÑOR HRABAL, CRÉAME, tras haber leído sus libros he perdido la tranquilidad, me siento constantemente atormentado y perseguido por una belleza, una fragilidad, una gracia, un dolor y una sabiduría indescriptibles. ¡Caramba!¡Santo cielo!
    Ese puerco busca situaciones a las que pueda aplicar su perversa sexualidad. Desde el momento en que lo leí, perdí la tranquilidad, ando medio loco, ¡qué gran daño causa a los jovenes adolescentes con tales textos!
    Le tenía a usted por uno de los profesores de la cercana Escuela Técnica de Construcción. Traté de adivinar qué asignatura daba. En usted hay algo amable y bonito, sus ojos, verónicamente azules, escrutadores, no desteñidos por los años. ¿Sabe usted?, la verónica es una florecilla pequeña que vive atrapada entre piedras, y sus pétalos azules tienen unas venillas blancas.
    De verdad, tú, tio asqueroso, tú, viejo senil con tendencias adolescentes, tú, cerdo obsceno, tú deberías de estar en chirona, la policia moral debería charlar contigo, deberías estar detrás de las rejas de una cárcel, o de una casa de locos.
    Delante de mí tengo una entrevista que le hicieron a usted, así como todos sus libros, una fotografía del periódico con un enorme cruce de arrugas en la frente por las que deberían circular todos los trenes rigurosamente vigilados hasta llegar al imperio de los tíos Pepin, al imperio del total entendimiento.
    Parece usted un padre que se hurga las narices de aburrimiento, y yo siento cólera ante tamaño representante de mis paisanos de Brno. Por eso le escribo claramente, sin rodeos, ¿cómo no se avergüenza usted, bebedor insaciable de cerveza?
    En verdad el espíritu ha bebido agua pura y transparente. Durante la lectura daba gritos de alegría. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien. Estará usted de acuerdo conmigo en que, a pesar de todo, el hombre en el fondo es bueno, y una obrita como Los palabristas hace sonar precisamente las mejores cuerdas con las cuales se ha tejido el más ideal de los instrumentos musicales, el alma humana.
    ¿Y qué es el repugnante cuadrito simbólico en Los palabristas? ¡Burrólogo! ¿Qué es un palabrista? ¿Es que tal vez te crees que nadie va a adivinar que la guitarra con el mástil en realidad es el miembro viril saliendo de la entrepierna de una mujer? Ojalá llegaras a entrar en una tertulia de jóvenes decentes, especialmente de muchachas: ¡te despedazarían de rabia por lo que escribes sobre lo más sagrado para cualquier joven!
     Señor Hrabal, es la primera vez que escribo a un autor. Ayer, después de haber leído el libro Tú estás loco, papá, pensé escribir a Saroyan, pero, ¿quién iba a ponerse a buscarle por el mundo? Usted está más cerca...
    ¿Sabe cómo una persona se convierte en escritor? Si no lo sabe pida consejo al señor Hrabal: "Estuve en Yugoslavia, en la playa, ¡ay!, allí soplaba un viento huracanado, esa locura de la naturaleza que, cuando irrumpe en la bragueta de un hombre, éste comienza a ser escritor". Siguiendo esta guía no es difícil convertirse en escritor.
    Y luego, por lo que se refiere a su método de trabajo, no me cansé de contemplar con qué soltura se mueve usted por la capa más fina de hielo. ¡Bravo! ¿Y por qué no? ¡Otra vez bravo! De la expresión de su fisonomía enseguida tuve claro que ésta corresponde exactamente con su método de composición.
    Sobre tu cabeza cae la culpa de que los jóvenes entre trece y quince años se emputezcan en los pisos de sus padres asalariados. ¿Lo cargarás todo sobre tu conciencia?
    En mi escuela, ya sea en las clases de checo o en los recreos, a menudo se discute sobre sus libros. Muchas veces se oye una expresión o una palabra que recuerdan algún episodio de sus libros, basta decir "Hrabal" y todos nos partimos de risa.
    Alguien creó alrededor de él una aureola de gloria, y ahora sólo se habla de lo magnífico escritor que es,etc. Es un palurdo, un granuja, tal vez un marica o un impotente. ¡Todas sus llamadas "expresiones populares" son demandables!, en el fondo se merece un examen neurológico por una parte, y una investigación de la policia moral por otra.

    No quiero comparar, pero usted es realmente de la estirpe de Vancura, de la estirpe de Ladislav Klíma, de la estirpe de Jaroslav Hasek, de la estirpe de Kubín. Tiene usted un hermoso vocabulario, lleno de poesía, nada dulce ni lloricón, sino pletórico, directo. Y además quiero añadir que se dice que fue usted viajante de comercio. Yo antaño también fui viajante de peines, hojas de afeitar, piedras de mechero, atrapamoscas, lucecitas para el árbol de Navidad y otros artículos de mercería.
    Tú, cerdo grosero, a quien hoy todo el mundo pone por las nubes, ¿cuándo dejarás de dar la lata al espíritu humano con tus perversidades repugnantes? ¿Cuánto habéis derrochado en bebida tú y tus "críticos" y "reseñadores" en los burdeles para que te elogien de esta manera?
    Como seguramente sabe, cada año el dia 28 de marzo, además del "Día del maestro" es su cumpleaños. Señor Hrabal, yo me sentiría totalmente feliz si usted me escribiera diciéndome si en mayo tendrá usted ganas de charlar con nosotros; en la escuela hay muchas muchachas guapas, y todas le adoran, incluso la joven profesora de checo.
   "¡Basta de Hrabal!" es la consigna de las personas decentes. No pienses que tu fama ascenderá  a los cielos. ¡Canalla, cerdo rizado, que el diablo se te lleve!
    Justo ahora se me han clavado millones de anzuelos en la médula de los huesos. Como si fuesen un pescador se apoderarán del tuétano y después tirarán de la caña de pescar. Es un dolor mortal. Sin embargo, si alguien me saluda la mano como usted, me siento mejor en mi dolor, porque alguien comparte sus sentimientos. Y esta compasión por los desconocidos debe procurarle éxito en todo.
    Siento no tener tiempo para poder escupir a gusto por la noche en tu jeta asquerosa,a ti, destructor de la juventud.
    Señor Hrabal, hoy usted con su librito me ha devuelto el buen humor, en cuya existencia había dejado de creer hacía mucho tiempo; usted me ha despertado de mi somnolienta resignación apática, me ha dado gotas de alguna tintura purificadora, de algún elixir.
    Estuve algunas veces en el SPL, en el manicomio, es verdad que estuve allí, pero no como paciente, sino como estomatólogo. Una vez un paciente se olvidó en la sala de espera un cuaderno con notas, y como no supimos a quien pertenecía me quedé con él. Ahora, después de haber leído Clases de baile siento mucho no haber confiado aquella obra literaria a una editorial. ¡Qué daño tan inmenso sufrió la literatura checa y tal vez la literatura universal cuando tiré el cuaderno a la papelera...!
    Hay muchas clases de humorismo, sus armas dan en el interior del hombre. Cada una de un modo distinto. El arma del camarada Hrabal suena a plata, y cuando penetra exuda bálsamo.
    Los ferroviarios deberían acusarte o apedrearte porque, según tú, pedazo de bruto, en las estaciones no se haría nada más que follar en el canapé del señor jefe.
    Yo valoro sus temas, sus pensamientos, su profundidad y su cordialidad, su talento narrativo y todas las demás cosas que hacen que sus libros sean tan atractivos como una caricia.
    Me saca de mis casillas oír en el café o en las tertulias: "¿Qué te parece Ferlinghetti?". "Me gusta mucho. Es el que más me obsesiona." Le escribo porque no es que usted sea bueno, usted es la provocación misma. No deja dormir, insiste en que le leamos sin cesar, en cierto modo nos roba nuestro tiempo.
    ¿Cómo debemos tomarlo nosotros, educadores y además padres de jóvenes adolescentes que se encuentran justamente en la edad más delicada, la pubertad? Por ejemplo, ¿cómo tenemos que explicar a nuestro hijo de dieciséis años lo que es un "coñito"?
    Siga boxeando, bombardero blanco, golpeador, dé gopes directos en mi barbilla, en mi plexo solar, y yo le prometo que me entrenaré para ello, quisiera aguantar en el ring contra usted hasta el límite, no cuente con el knock out técnico, cada vez me levantaré en el nueve, y, querido contrincante, mi querido contrincante, seguiré peleando.
    Según dicen algunas reseñas y críticas, Hrabal, ese cochino, es el continuador de Jan Neruda y de otros de nuestros clásicos. ¡¡¡Qué horror!!! No llega ni a la suela del zapato a Neruda. Hasek, en todo su Soldado Svejk de cientos de páginas, no tiene tantas guarradas como ese monstruo sexualmente patológico.
    Si nosotros, los checos, tenemos una cualidad especialmente simpática que nos hace únicos, en suma, al cien por cien inimitablemente checos, señor Hrabal, es justamente la palabridez y la palabración, como la facultad de ser humanamente hablador, de hilarse uno mismo e hilar a los demás en una telaraña de palabras y hechos admirables y bellos.

Post scriptum.

    Los antiguos hindúes en el Veda profirieron una buena frase: "Tat twam asi!", que significa: "Eso eres tú". Por ello el retrato precedente no es sólo mi retrato, sino también el de todos mis lectores, el de todo ser humano en general. Lao-Tsê en el libro Tao-Tê-king, quinientos años antes de Cristo, escribió: "Quien conoce su propia blancura,/ y se mantiene en la oscuridad,/ es como ser el modelo del mundo /(...) Quien conoce su gloria,/ y se mantiene en la desgracia,/ es como el valle del mundo". Cierto rey persa, a quien el poeta de su corte en un poema elogioso comparó con el sol, comentó: "Mi lasanoforos lo desmiente". Y lasanoforos en persa significa "orinal". Es decir, que los antiguos sabían muy bien que la imagen de un hombre está dialécticamente compuesta de su gloria y su difamación. Nosotros, en el siglo XX, tendemos a ver en nosotros sólo las alabanzas y en los demás los defectos. Eso es el inicio del caos. Este cotejo de opiniones no pretende ser nada más que un homenaje a la sabiduría de los antiguos y una crítica a la tontería de los contemporáneos, mientras no sean también sabios y vuelvan a la imagen dialéctica del hombre como medida de todas las cosas.

Leyendas y romances de ciego, Bohumil Hrabal, Ediciones Destino.


3 comentarios:

  1. Manuel, sólo conocía a Hrabal de nombre y no he leído nada de él, pero después de empezar con esta entrada, no pude parar hasta el final, y apunto el título para futura compra. Ah, se me había olvidado que la película 'Trenes rigurosamente controlados' (juraría que cuando yo la vi se titulaba así, no 'vigilados') estaba basada en un libro suyo.

    Salud

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    Respuestas
    1. Sí, Pedro, en efecto es un libro suyo, la traducción original al español es "vigilados". Es un escritor fabuloso, tiene libros maravillosos: Una soledad demasiado ruidosa, Lecciones de baile para mayores, Bodas en casa...celebro de veras que la longitud del texto no te haya persuadido a dejarlo, disfrutarás con Hrabal. Gracias por tu comentario, buen amigo.
      Salud

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