viernes, 19 de abril de 2013

RESURRECCIÓN DE LA PELUSA

La pelusa parece una ilusión rota, un sueño vano enredado en una esquina olvidada de la memoria. La ilusión rota se levanta al alba y se asoma al balcón de las expectativas, ve un mar de antenas pescando mensajes y se vuelve a acostar. Ha fatigado tantas veces el camino de las promesas incumplidas, que le da pereza pedir un subsidio de pan para hoy. Por pura cuestión de estética ¿dónde se ha visto una ilusión rota empadronándose en el baúl de los recuerdos para recibir una paga de cuatrocientas estrellas al mes? ¿Y luego, qué? Así que se vuelve a su condición de pelusa con legañas, y dormita un rato más, mientras que la calle se agita al ritmo de cafeterías con bollería industrial y se sumerge otra vez en la vorágine diaria del no parar. Hay quien confunde la ilusión rota con su osito de peluche, y la deja cada mañana apoyada en la cama recién hecha, antes de irse a...¿trabajar? ¿qué es trabajar? El que tenga algo que lo levante a pulso. A nada conducen los sentimentalismos burgueses. La ilusión rota es una pelusa que ha resucitado un día más. No hay más que verla.
Dibujo de Graham Lambkin

3 comentarios:

  1. Esta pelusa resucitada se ha vuelto grave, Manuel. Hay que buscar la buena cara que aquella pelusa plantaba al mal tiempo y hay que agarrar las nubes por el rabo también.
    Salud

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  2. Espera Miguel Ángel, que acaba de resucitar, y en cuanto se limpie las legañas está maquinando una salida a la catastrofe.
    Salud, amigo

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  3. me gusta tu estilo limpio de palabras
    felicitaciones

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