martes, 23 de julio de 2013

SÓLO PARA FUMADORES / última entrega


Enciendo otro cigarrillo y me digo que ya es hora de poner punto final a este relato, cuya escritura me ha costado tantas horas de trabajo y tantos cigarrillos. No es mi intención sacar de él conclusión ni moraleja. Que se le tome como un elogio o una diatriba contra el tabaco, me da igual. No soy moralista ni tampoco un desmoralizador, como a Flaubert le gustaba llamarse. Y ahora que recuerdo, Flaubert fue un fumador tenaz, al punto que tenía los dientes cariados y el bigote amarillo. Como lo fue Gorki, quien vivió además en esta isla. Y como lo fue Hemingway, que si bien no estuvo aquí residió en una isla del Caribe. Entre escritores y fumadores hay un estrecho vínculo, como lo dije al comienzo, pero ¿no habrá otro entre fumadores e islas? Renuncio a esta nueva digresión, por virgen que sea la isla a la que me lleve. Veo además con aprensión que no me queda sino un cigarrillo, de modo que le digo adiós a mis lectores y me voy al pueblo en busca de un paquete de tabaco.

2 comentarios:

  1. Estos relatos me dan fuerte porque soy fumadora empedernida a la forma del autor.
    Ya está en mi imaginario al igual que la actriz Silvana Mangano (Confidencias-Visconti) que murió en Madrid (era yo jóven pero lo recuerdo porque la admiraba) Murió de cáncer de pulmón y su último deseo fue fumar un cigarrillo, cosa que le permitieron (era una clínica de lujo).
    Un lujo venir por aquí.

    Valeria

    ResponderEliminar
  2. Valeria (disculpa la tardanza) y Diego, celebro que hayáis disfrutado con las andanzas de Julio Ramón Ribeyro, los fumadores somos una especie de ave fénix que renace cada día de sus cenizas.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...