martes, 13 de agosto de 2013

BELLAS durmientes: ensoñación nipona.

Te pedirán primero chispa, luz de pedernal viva en la materia de los sueños. Luego te exigirán fidelidad canina hasta el hueso que has de recoger, habiendo ya tan pronto olvidado ese candor primero manso hasta el robo del bolso, consistente en recitarles un poema; excepto en algunas ocasiones de muy grato recuerdo donde la vigilancia se hace necesaria. Como en el acto breve de un entremés ridículo, creerán que las estás mirando con cien ojos, distinguirán con perfección de cirujano cual es la telaraña que hay que retirar, te lamerán los pies. Con esa devoción que sólo ellas conocen, te mostrarán la puerta de salida y seguirás, al cabo de la calle, ignorando por qué el veneno tiene nombre de mujer.

3 comentarios:

  1. Preciosa pieza de entretenimiento (foto incluida) para medio-agosto. Al Veneno, ya le puso Kiko un nombre, y lo lleva muy bien ;-) ¡Saludos!

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    Respuestas
    1. Así la veo yo también, como un entremés erótico-festivo, pero llama la atención la postración del nipón en el metro, qué vida llevan!

      ¡Saludos!

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    2. El asiento parece cómodo...

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