lunes, 9 de junio de 2014

POEMITAS DE MAÍZ XXIX



                                              Pido permiso para llamar destino
                                      a un zapato roto.

                                      Al párpado, malévola persiana.

                                      Vuecencias a mil pies del pordiosero
                                       ardan por la peluca o servilleta
                                       y que les aproveche el refectorio.

Imagen: Gilbert Garcin




2 comentarios:

  1. Prefiero pedir perdón después de haberlo dicho antes que pedir permiso al destino, ni siquiera solicitaré licencia a la fortuna ni a la predestinación. Levantaré mi anhelo y diré que mis zapatos son mi pedestal y mis párpados son un telón de damasco sutil. Los pedestales de cuero son el tiempo se desgastan y los damascos se convierten en drapeados más o menos arrugados.
    Salud
    Francesc Cornadó

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  2. Viene el destino a veces drapeado de hojas caducas, y otras, llega frondoso de perenne verano, razonable eternidad, y a nosotros, que bebemos de la amistad natural, su luz breve, nos corresponde, sí, levantar anhelos y escribir con los pies, en terrena armonía con el mundo. Queden los pedestales para los que van de cabeza hacia el desastre.

    Salud, Francesc.

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