sábado, 20 de septiembre de 2014

POEMITAS DE MAÍZ LXVI




                             Dos roto y el templo puro de tu voz
                             concisa, pecoso moflete.
                             Tu niñez de fémur dulce, procaz margarita.

                             Hilo cálido, rayo de espuma.
                             Desnúbate sin venir a viento.


Fotografía de Shomei Tomatsu




2 comentarios:

  1. No siempre me animo a opinar de tu poesía, de cualquier poesía. Porque qué puede decirse, después de todo. A veces hay líneas que me dejan una impresión duradera desde la palabra, desde lo que se dice. A veces no es la palabra, es el acomodo, la posibilidad de recombinar por ese acomodo. En esta de aquí se me ocurre decir que son las letras. Las letras adecuadas. La impresión de estas letras es rasposa, quebrada, filosa. Es genial, Manuel.

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  2. Tus opiniones me son siempre muy valiosas, provienen de un detenido examen, y un gusto por el análisis desprejuiciado del fenómeno literario. Esta actividad poética, que está sujeta a las contingencias más inimaginables, no tiene sentido si no es una búsqueda de muchos años. Muchas gracias, Rodolfo, por tu lectura. Un abrazo.

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