Se adivina lo puto por lo sucio del conducto,
Por lo rico del condumio, pterodáctilo amable
Sobrevuela la meseta del clímax extático,
Hijo de la indolencia que rasgaba el violín
En el climaterio lírico del salón burgués.
De la experiencia, gurú, y de teoría se ausenta
Cuando hay que generalizar. Nuevo modelo
De micrófono con inhibidor de frecuencia
Para las opiniones por la calle, veladores
Tupidos de yedra en tertulias turbias.
Por lo rico del condumio, pterodáctilo amable
Sobrevuela la meseta del clímax extático,
Hijo de la indolencia que rasgaba el violín
En el climaterio lírico del salón burgués.
De la experiencia, gurú, y de teoría se ausenta
Cuando hay que generalizar. Nuevo modelo
De micrófono con inhibidor de frecuencia
Para las opiniones por la calle, veladores
Tupidos de yedra en tertulias turbias.
El vino permanece brillando hasta la tarde
y se duerme en la brisa tal un dios exhausto
y sueña con sucias cañerías de insomnio
por donde las ratas del instinto corretean,
se organizan para subir a este olimpo
de zapatos gastados o impecables,
de dispositivos indispuestos o perfectos:
en suma, un olimpo de pacotilla que hay
que fregar de vez en cuando, torres coronadas
por un señor que exclama: ¡Oh!…Si el coro aguanta
sin repetir consignas exclamativas alienantes, es
posible que el mundo comience a vibrar por simpatía.
y se duerme en la brisa tal un dios exhausto
y sueña con sucias cañerías de insomnio
por donde las ratas del instinto corretean,
se organizan para subir a este olimpo
de zapatos gastados o impecables,
de dispositivos indispuestos o perfectos:
en suma, un olimpo de pacotilla que hay
que fregar de vez en cuando, torres coronadas
por un señor que exclama: ¡Oh!…Si el coro aguanta
sin repetir consignas exclamativas alienantes, es
posible que el mundo comience a vibrar por simpatía.
Abajo el artisteo.