Arderá la oriflama podrida de los sueños
bajo la noche tenaz, vigilada por farolas decadentes,
estandarte optimista de la ilusión fingida;
Mientras la vida calla y duerme
arderá la materia incandescente, siempre,
sobre tu cuerpo incauto, y creerás que tus ojos, siguen abiertos...
El tiempo te pondrá un manto de sombras transparentes,
de señales perdidas en la memoria, de fantasmas,
un manto que no pese demasiado, una sabana blanca
de tímida pureza o ignorancia, de fuegos fatuos:
Algo rescataremos de esa maldita bruma incandescente
que sea voz, y memoria, de estos días...
donde navega el mar, un velero de insomnios.