Triste semblanza aquella en que la sombra del hombre no aparece, estas lineas anónimas se pierden en un jardín de senderos que se bifurcan, sobrevive quizá la médula del deseo y el perfil infinito de las ciudades que une las conciencias.
Cuánta luz derrotada se alza en esos perfiles, si olvido alguna vez de dónde vengo siempre podré mirar el ángel fieramente humano que habita en ellos...