No cauteriza nunca.
Muchos se arrojaron a la muerte
como un canto a la libertad,
anónimos en la desesperación,
fueron generosos sin saberlo,
buscaban algo que no tendremos.
Yo sólo tengo dudas.
¿Cómo sabré jamás si fui digno
de llevar este nombre salvador
por el que puede alguien sentir
por mí, amor, piedad o deseo?
Mi huerto es de cemento,
clama una rosa negra en él
a la que podaron las espinas
quedando sólo el tallo
de un llanto sin aristas.