sábado, 31 de octubre de 2009

Emilio Prados


Tránsitos
¡Qué bien te siento bajar!
¡Qué despacio vas entrando,
caliente, viva, en mi cuerpo,
desde ti misma manando
igual que una fuente, ardiendo!
Contigo por ti has llegado
escondida bajo el viento,
-desnuda en él-, y en mis párpados
terminas, doble tu vuelo.
¡Qué caliente estás! Tu brazo
temblando arde ya en mi pecho.
Entera te has derramado
por mis ojos. Ya estás dentro
de mi carne, bajo el árbol
de mis pulsos, en su sombra
bajo el sueño:
¡Entera dentro del sueño!
¡Qué certera en mi descanso
dominas al fin tu reino!
...Pero yo me salvo, salto,
libre fuera de mí, escapo
por mi sangre, me liberto,
y a ti filtrándome mágico,
vuelvo a dejarte en el viento
otra vez sola, buscando
nueva prisión a tu cuerpo.

martes, 27 de octubre de 2009

Muerte y resurrección, de José Angel Valente



                                        

                                  No estabas tú, estaban tus despojos.

                                  Luego y después de tanto
                                  morir no estaba el cuerpo
                                  de la muerte.
                                  Morir
                                  no tiene cuerpo.
                                  Estaba
                                  traslúcido el lugar
                                  donde tu cuerpo estuvo.

                                  La piedra había sido removida.

                                  No estabas tú, tu cuerpo, estaba
                                  sobrevivida al fin la transparencia.






domingo, 25 de octubre de 2009

DEJADME SOLO, de Luis Cernuda





Una verdad es color de ceniza,
Otra verdad es color de planeta;
Mas todas las verdades,desde el suelo
hasta el suelo,
No valen la verdad sin color de verdades,
La verdad ignorante de cómo el hombre
suele encarnarse en la nieve.

En cuanto a la mentira, basta decirle
"quiero"
Para que brote entre las piedras
Su flor,que en vez de hojas luce besos,
Espinas en lugar de espinas.

La verdad, la mentira,
como labios azules,
Una dice, otra dice;
Pero nunca pronuncian verdades o mentiras
Su secreto torcido,
Verdades o mentiras
Son pájaros que emigran cuando los ojos mueren.



viernes, 23 de octubre de 2009

LA PALABRA, de León Felipe




Pero, ¿qué están hablando esos poetas ahí de la palabra?
Siempre en discusiones de modisto:
que si desceñida o apretada...
que si la túnica o que si la casaca...
la palabra es un ladrillo.¿Me oísteis?...
¿Me ha oido usted, Señor Arcipreste?

Un ladrillo. El ladrillo para levantar la Torre...y la Torre
tiene que ser alta...alta,alta, alta...
hasta que no pueda ser más alta.
Hasta que llegue a la última cornisa
de la última ventana
del último sol
y no pueda ser más alta.
Hasta que ya entonces no quede más que un ladrillo solo,
el último ladrillo, la última palabra,
para tirársela a Dios,
con la fuerza de la blasfemia o la plegaria...
y romperle la frente...A ver si dentro de su cráneo
está la luz...o está la nada.

jueves, 15 de octubre de 2009

CABALLITOS, de Juan Lizano


Que instalen caballitos
en todas las calles,
que llenen de caballitos las ciudades.
Siglos
llevamos con el invento de feria en feria
sin descubrir su humanísima aventura.
Que celebren los novios
su viaje en los caballitos,
de caballito en caballito.
Que cada familia tenga sus caballitos,
¡todos en los caballitos!
Que los amigos
hablen y sueñen y discutan
dando vueltas en los caballitos.
En ellos celebren sus consejos los ministros,
mientras queden ministros,
y en ellos se reúnan los señores obispos,
naturalmente, revestidos
de señores obispos,
mientras queden obispos.
Los pobres subirán para reírse del mundo
y los ricos
¡que suban los ricos a los caballitos
mientras todos los aplaudimos!
¡Y los señoritos!
¡Que suban los señoritos!
Y que acudan todos los solitarios, todos los vagabundos.
Y el congreso de los diputados
será el congreso de los caballitos.
Y los empresarios ¡qué risa, los empresarios!
Que suban los empresarios con los asalariados,
mientras existan salarios.
¡Los salarios del miedo!
Y, venga: comités centrales,
mafias, sectas, castas, clanes, etnias:
¡a los caballitos!
Y los músicos con los guardabosques
y el alcalde y los concejales
con las verduleras y los panaderos.
¡Viva! ¡Viva!,
gritarán los niños cuando vean
que suben los Honorables.
¡Venga, Honorables!:
¡A los caballitos!
Vamos a la ciudad a subir a los caballitos,
dirán los monjes a sus abades.
Y los académicos:
que se reúnan los académicos en los caballitos
y que se cierren todas las academias.
¡Ah, si todos los filósofos hubieran subido a los caballitos!
Que instalen caballitos en las cárceles,
en los cuarteles,
en los hospitales,
en los frenopáticos
y que se fuguen todos
montados en los caballitos.
Y todos los jueces a los caballitos,
¡venga! ¡venga!: ¡A los caballitos!
¿Y nada de procesos y de sentencias!
¡Ya vale de juzgar los efectos y no las causas!
¡A los caballitos!
Y que todos los funerales
se celebren montados en los caballitos
al paso silencioso y tranquilo de los caballitos.
Es la nueva ordenanza,
es el nuevo precepto:
¡todos a los caballitos!
¡La cabalgata de los caballitos!
¡Hacia la confederación de todos los caballitos!
Hasta que todos fuéramos niños...

domingo, 11 de octubre de 2009

Escritor in albis





Me he preparado para algo sublime. He traído a la mesa mi cuaderno, mi pluma. Tengo cerca de mí una copa de vino dulce, algo para picar si de repente tengo apetito, variada música, un paquete entero de cigarrillos y otro de pañuelos de papel, algún que otro libro, una estufa, un palillo de dientes; objetos... Pero tengo un gran problema que no me deja seguir: no sé cómo empezar y por ahora sólo he hecho esto.

Sofisma

                                                                                                        a Esteban Romero

                                            Con un ojo de cristal, una tela
                          y un martillo: voy a romper una nube
                          a la hora que canta el grillo.




sábado, 10 de octubre de 2009

PERGUNTA



    
    Um homem foi atacado quando se ia enforcar
    defendeu-se
    alguém perguntou-lhe
    Que defendes tu
    A vida ou a morte?

sábado, 3 de octubre de 2009

Preguntas a la hora del té, de Nicanor Parra




Este señor desvaído parece
Una figura de un museo de cera;
Mira a través de los visillos rotos:
Qué vale más, ¿el oro o la belleza?,
¿Vale más el arroyo que se mueve
O la chépica fija a la ribera?
A lo lejos se oye una campana
Que abre una herida más, o que la cierra:
¿Es más real el agua de la fuente
O la muchacha que se mira en ella?
No se sabe, la gente se lo pasa
Construyendo castillos en la arena.
¿Es superior el vaso transparente
A la mano del hombre que lo crea?
Se respira una atmósfera cansada
De ceniza, de humo, de tristeza:
Lo que se vio una vez ya no se vuelve
A ver igual, dicen las hojas secas.
Hora del té, tostadas, margarina.
Todo envuelto en una especie de niebla.



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