Una persona que no podría ser descrita como señor ni tampoco como señora sino, en todo caso, como un ser menesteroso necesitado de compañía, resolvió, ante la ausencia absoluta de amistad real por todas partes, clonarse siete veces, con objeto de poder hablar con alguien que se hiciese cargo de una vez de cómo se sentía, de poder tomarse un café definitivamente con alguien en perfecto silencio sin necesidad de nada más, e incluso de poder decirse a sí mismo: "En este momento estoy ocupado, llama más tarde."
Con el tiempo los clones de esta persona tan desdichada fueron percibiendo sus respectivas soledades, y creando clones de clones, hasta que, por generación espontánea, y en virtud de un sistema de intercambio responsable, se convirtieron en un clan de individuos respetables. Por cautela, decidieron eliminar a la persona original y solitaria, padre putativo de todos ellos. Una gran consternación los invade desde entonces, ya que, aunque tienen todos la misma cara, no se reconocen entre ellos. La cirugía estética es la principal fuente de ingresos en la comunidad.