a Francesc Cornadó
I
Tu pulso sereno traza
las líneas maestras de un poema
su arquitectura efímera, a lápiz
esbozas en una hoja blanca
la forma enamorada de la materia.
La luz abre la idea sobre el tablero.
Mimética dibuja con tus manos
el edificio humano.
Una caricia leve del viento
mueve algunos planos ordenados:
la tarde avanza
diestra en el volumen,
acotas los silencios, los vacíos.
El poema se sostiene,
desde los cimientos hasta el cielo
es todo uno y lo mismo.
II
Sobre la mesa de dibujo
la paralela y el compás
confían en la audacia
de tus pensamientos.
Esa inestable flor de inteligencia
triunfa sobre la vana gravedad.
Los pesos van rimando
en contrapunto fiel
la magia de lo estable
en el espacio puro conquistada.
III
Ignoramos al arquitecto.
Su utopía es nuestra casa
acogedora, antes que un lugar
fue patria libre de la mente
ocupada en ideas puras.
Fue arte antes que hogar,
sabia ponderación de medidas.
Cálculo de resistencia del verso
tensiones resueltas en el aire
compones el alzado en busca de tu Ítaca.
Dibujos de Ferdinand Springer