Niños que reclaman a sus Padres un regalo Padres que piden la devolución de sus impuestos Consejerías de hacienda que solicitan a la Administración Central del estado el importe integro de sus competencias Estados rogando a la Comunidad Económica Europea rescates financieros Agencias de Calificación descalificando a los bancos centrales que no son sino adláteres de otros bancos más importantes que solicitan a su vez la devolución de lo que les deben fondos de reserva federal a la espera de que el presidente de los Estados Unidos de América libere sus lingotes de oro para poder pagar a China que es la única que está realmente preocupada en producir regalos asequibles para Niños que reclaman a sus Padres...este era más o menos el curso de mis pensamientos -disculpen me presento soy un señor que hasta el mismo día de ayer estaba trabajando de administrativo en una oficina del INEM -hoy me ha tocado venir a engrosar la cola del paro- ya ven nadie está a salvo de verse encadenado a un futuro incierto después de un pasado halagüeño como comprenderán estoy más perdido que un japonés en un programa del Canal Sur pero después de diez años soportando las críticas de gitanitos de Triana albañiles rumanos escrupulosamente limpios y licenciados en educación musical desconcertados con los bemoles del mercado laboral lejos de apiadarme de ellos y en general...de comprender el severo palo que está recibiendo el sistema capitalista, que tan muy buena calidad de vida me había dado hasta el momento y puesto que estoy en la misma cola que estos pringaos a los que tantas veces he despachado sin siquiera mirarles a los ojos siendo como soy una bella persona pregunto ¿Qué hay de lo mío?
Llevo unos días desalmado. Un ataque contemplativo de fotografías me ha dejado sin habla y temo que el alma, esa gran fugitiva, se ha refugiado en una instantánea del recuerdo. Como la Beatriz de Dante ha descendido al inframundo de la ilusión y me ha dejado compuesto y sin novia. Esta vez no puedo recurrir a la policía, en vano he de buscarla fuera de casa cuando se positivamente que está aquí, que me mira impasible y bella, con su cara inocente o pícara, qué más da, me está observando tras la linea indolora del pasado y aunque la tenga delante no la veré. Quizá sea en este retrato de la abuela Juliana, tan joven, donde se ha agazapado para tomar unas merecidas vacaciones tras el ajetreo a la que la he sometido desde que comenzó el año. Todo el día atribulada en disquisiciones poéticas, maquinando artefactos sutiles del intelecto. Qué pocos momentos de tranquilidad le he dado, pobre, cómo ha debido sufrir acompañándome por los vericuetos absurdos del ser atormentado que soy, hallando siempre una digna solución emocionante a las turbadoras miserias personales que acumula este esqueleto lector.
Para recuperarla he de seducirla, así que he pensado que la mejor manera será salir a pasear por el mar. A ella le encantan los paraguas. Creo que ve en ellos la viva imagen de aquellos tiempos en que era seguro pertenecer a un cuerpo de escritor, de aquella época anterior a las grandes guerras europeas en que los escritores aún se podían permitir ciertas delicias existenciales y andaban en busca de una renovación formal. No como ahora, que todo es una ridícula carrera contra el tiempo.
Entre usted y ese inculto autor del Apocalipsis, caben holgadamente (según cálculos no siempre minuciosos) algo así como veinte siglos de fracasos, incurias, malandanzas. Es otro inconveniente, desde luego. Tantas desgarraduras ¿sólo sirven acaso como suplencias de la cobardía? No sin notoria incertidumbre somos capaces de reducir a escombros los espacios impuros del pasado. ¿Por qué entonces no se suicida usted un poco, al menos hasta que acabe el ciclo natural de nuestra podredumbre y resulte más fácil elegir otra historia a partir de la Historia?
Sigue el hombre su llanto de agua por la piedra aunque se pudran las cuencas de los ojos, hecho está de raíces que cantan a la vida, de nervios que llegan hasta el hueso.
Soñó mucho noche y día como un árbol y el olvido le tiembla en la mirada ausente. Soñó hallarse al final de una escalera y una puerta cerraba sobre los pliegues mudos del alma el acceso a la luz, máscara sin consuelo y floreció madreperla en el hueco de los ojos.
Sigue el hombre comiéndose las uñas, ufano limpiando su escopeta aunque le cerquen náuseas y su hermano esté muerto y alimente gusanos y queme los tratados de amor en la azotea.
Porque soñó a su madre ciega y sus dedos en carne viva son piedra que llora y sangra; aunque se ría, considero mía su rabia y lo quiero.
Hasta donde me lleve la raíz del hombre fríamente por el aire como un viento soy como él por tanto. Así lo siento. Llorona by Chavela Vargas on Grooveshark
Se respira el ambiente limpio de Olimpia, todo preparado para el festival de la limpieza étnica global. Por un mes cada cuatro años haremos olimpieza general, y el gran salón mediático del mundo quedará olímpico de polvo y paja, como olvidado de las guerras, las crisis económicas y las recesiones sociopolíticas. Y todo gracias al sport life, ese invento tan británico. Agiten sus pañuelos, mejor blancos si es posible y que Dios salve la gamuza de la reina. Pero no te olvides de Grecia, ni de Somalia, ni de Haití, ni del esfuerzo tan grande que hacen las criaturas cada día por sobrevivir, incluidos los atletas.
El verano te enfría con un rubor de nieve
la sien encadenada en eslabones, pálpitos
urgentes con un chasco de dientes sin memoria
que te enerva los pulsos hasta un ritmo de hastío
Esclavo eres, agón de pavesas que giran
sobre el túmulo abierto de la boca y evocas
el doliente recuerdo de un amor asesino
royendo amargos besos en turba calcinados
El viento se ha partido encajándote un artero
gemido cadencioso de árboles que bailan
una danza de copas con luna mutilada, ebrios de savia y sol y tiempo y sombra y nada La femme invisible a la mémoire de Raimond Roussel / Louis Montalescot Come Heavy Sleep by John Dowland on Grooveshark
Una muela perdió el juicio y se escapó de la boca de un señor indeseable que la tenía sometida a un pretérito imperfecto de mendrugos de pan blanco del cual salían gusanos con gafas donde se reflejaban manzanas cariadas a las que entraban abogados muy serios con gafas a los que les dolían las muelas de tanto perder juicios contra señores indeseables que iban al dentista para restituir una muela que perdió el juicio no se sabía muy bien por qué.
Antes de que se cierre la cancela y el faro
rasgue con su guadaña el estor de la tarde
hay un jardín sombrío que aguarda unas pisadas
entre la celosía otoñal de una cita.
Los muchachos que vuelven de la playa, la ronda
última de los novios que atenúa la niebla, la red de los silencios y su copo doliente
rozan por un instante esa amarga clausura.
Pasan como vencidos del rigor de los besos,
tu que esperaste en vano de una noche a otra noche,
y dejan en la agreste baranda de la arena
el áspero geranio de un sollozo votivo.
La barca en que un arráez se pierde entre las rocas
es sólo un vago indicio, bajo la luna llena.
Tras el balcón abierto hay un libro, unas flores...
un timbre casi anuncia la ausencia de sus manos.
Y el amor, que salvaba la verja y los rosales,
lejos de la corola de su ser se evadía;
y en los acantilados su sangre decoraba
la ruda y pavorosa soledad de las olas.
Y una noche, a las doce...la terraza era un friso
de espaldas y organdíes que agitaba la música.
Y el mar siguió vacío, y la playa desierta,
y no se oyeron pasos, y no vino a la cita.
Las heridas de la guerra / son difíciles de curar / sólo hay una medicina:/ el amor y la igualdad. Anónimo sevillano del siglo xx, junto al canal, donde habite el olvido.
Huera soledad sin eco
de manos que te afanaron
en cautiva muchedumbre
a pico y pala calladas.
Baja podrida tu agua
por exclusas taciturnas,
ojos de olvido inhumados:
A regar la fruta fresca
que a la boca se llevaron
los hijos del lado limpio.
Nunca sabréis cuánto lodo
tragaron las dulces gentes,
(fango de lágrimas negras)
agobiadas por la parca.
Cuánta rabia soterrada
devorándose en la entraña
de tu cauce de agua mansa.
Atendiendo a la necesidad del pueblo soberano, perentoria en tiempos de crisis, de recuperar la credibilidad en el top ten de su clase política, sugerimos, a tenor del paradigma fundamental, por todo el mundo bien conocido, de que la realidad supera a la ficción, y sin olvidar el edificante ejemplo que los periodistas nos brindan cada día con riesgo incluso de su propia vida, emplazando en el lugar de la noticia sus cuerpos serranos para predicar con el ejemplo:
Qué el señor Ministro de Economía y Competitividad anuncie las medidas de recorte presupuestario, encaramado a un andamio mientras limpia escrupulosamente los cristales del ministerio.
Predicando con el gerundio.
Asímismo sería, en ello confiamos, verdaderamente aleccionador para el común de los mortales, que tiende siempre, por relajo o absoluto desconocimiento, a no tener en cuenta la enorme carga de responsabilidad que supone gobernar (no digamos ya un país en recesión) que la señora Ministra de Sanidad y Buena Vida, diera la rueda de prensa dedicada a la eliminación de la Ley de Dependencia y la instauración del Copago, postrada en la cama de una unidad de vigilancia intensiva, convaleciente y con ojeras (para este particular recomendamos los servicios de maquillaje del ente público TVE: son unos profesionales de reconocido prestigio).
Por último, como guinda, creemos que sería un gran golpe de efecto, una conmoción social que rebajaría en no menor medida las tensiones sociales que estamos viviendo; que el mismo excelentísimo Presidente del Gobierno compareciera, tras la próxima reunión del Eurogrupo, a la puerta de un cajero automático, como un mendigo más, pidiendo perdón por los ajustes y rechazando con una amplia sonrisa que no de lugar a dudas, un euro que la señora Ángela Merkel, que pasará por allí camino del Hotel Sofitel de Luxemburgo, le quiera dar.
Somos conscientes que esta operación de propaganda no arreglará, con toda probabilidad, ninguno de los problemas que el país tiene planteados, pero al menos aliviará en alto grado esa distorsionada imagen que las clases populares tienen del político, más cercana a la figura sibilina del estafador que a la del humilde bañista. Pasen un feliz verano y recuerden: políticos, en una u otra medida, somos todos.
Lo digo con respeto, he tenido novias muy raras. Sin ir más lejos, una que cazaba estrellas y las metía en un vaso de agua: ahorrábamos un pico en luz, pero acababan saliéndole ojos y era harto tenebroso el parpadeo aquel, así que hubo que llevarlas al cementerio nuclear, donde las reciclaban para uso científico. Se llamaba Sofía y le sobraba un dedo en el pie izquierdo. Avanzando un poco más conocí a María, María del Pilar, cuyo moño llegaba hasta la luna y estaba poblado por enanos nudistas y mariquitas de cartón piedra. Padecía depresión galopante; con un sólo relincho despertaba al vecindario, cada vez que tenía un orgasmo cambiábamos de residencia. Yendo acaso más lejos todavía, conocí a una mujer que se fumaba las hojas del periódico, excepto la sección de deportes, que utilizaba para envolver el pescado fresco, su nombre era Gracia: se quedó dormida en un concierto de Debussy, y allí la dejé. Luego, a una distancia sideral, llegué a Paqui, se le erizaban las pestañas si la llamaba Francisca, y me daba unas collejas de campeonato por dejarme las toallas mojadas por las sillas sin ponerlas a secar. Era tan gorda que los gatos hacían guateques en sus tetas; repito, que nadie se llame a engaño, a todas las quise igual, les daba besos de taladro y les colgaba cuadros de Picasso en la lengua. Siempre se dejan hacer esas caricias surrealistas si le quieren a uno. De la señorita que me acompaña ahora, no digo nada, no tengo por costumbre contar mi vida privada. Sólo, que tiene la insólita habilidad de coger salmones con los pies.
No cambies por nada (con Kiko Veneno) by Hilario Camacho on Grooveshark
Traición la traducción, mago veneno que transforma la música de una lengua, su calor evidente que al sentido claro, al idioma en que se piensa, da color y forma. Mas qué joya de luz, detenida en su análisis y pulcra, que tiende un puente, sacrificando la inalienable unidad del habla, hacia la palabra sin frontera del poema. Mercè Rodoreda, escritora catalana, en su poemario Agonía de luz, evoca magistralmente el viaje de Ulises en unos sonetos, que dan a su lengua materna, carta cabal de belleza. Nuestro amigo, Francesc Cornadó, publicó este poema hermoso que retorna al mito de Circe, la maga enamorada, igualmente traidora, que envenenando a los compañeros de Ulises, los convirtió en cerdos, para quedarse a solas con el héroe. Mercè retorna a este mito para cumplir con la tarea gozosa de animarnos a levantar los brazos y asumir la responsabilidad de luchar, de vencer las vilezas que cargan al ser humano, con el esfuerzo y el coraje. He aquí la versión al castellano que el señor Cornadó y uno mismo hemos intentado, que en este oficio de la traducción, todo es al fin y al cabo, una tarea ardua, a veces imposible. El soneto en lengua catalana conserva intacta la musicalidad y el son secreto. Al final, hallaréis su versión original, acompañada de unos dibujos de espontánea gracia que su autora pintó, en el enlace que mi estimado amigo, con su habitual probidad y elegancia escribió hace unos días.
Confundidos en piaraoprobiosa ahora, bajo la áspera piel y con vuestros hocicos afilados, gruñís alrededor de la artesa.
¡Habrábastado, oh compañeros, la sequía incesantedel hambre, retorcida cual ovillo por el laberintosalvajedel intestino, lamaldadde una diosaartera!
Qué os valgan las vilezas soportadas cuando estéis erguidos sobre los rudos pies, los brazos reforzados con tridentes en las manos.
En valle de servidumbre o de honor cimas, recomenzad con paciente coraje la aventura difícil de ser humanos.
Antes que un lirio brote por tus ojos
devanas lágrimas como hormigas
que afanan los nombres con cuidado,
los nombres que pusiste a toda costa
en un intento amor de asir las cosas: si bien, te caen al suelo estos escombros con que asumes la vanidad maltrecha
de unos versos a los que sólo tu llamas poema.
Antes que todo esto, será el tiempo,
quemándote la boca en nubes negras
y la absurda mudanza del recuerdo
a un lugar de la noche, inconfesable,
donde cierne el silencio un manto falso, mientras fatiga, turbia de fango y sueño
la yedra, fachadas de cal ciegas.
Y antes aún que el tiempo mismo y su máquina leve de sonrisas fingidas
te toque el hombro con sus dedos de plata,
gozarás de un momento verdadero, infinito,
digno de encarnarte, aunque ya sólo seas
un muerto vivo más, entre los vivos muerto.
Hace días que noto un hedor sospechoso en la biblioteca. Se trata del volumen de Ser y Tiempo: es un libro delicado, si no lo aireas de vez en cuando, el Tiempo empieza a comerse al Ser, primero le propina unos bocaditos cariñosos y luego, conforme el ser se distrae y coge confianza, le va metiendo unas dentelladas hasta el hueso, y claro; alcabo de unas horas, sólo quedan del ejemplar los conceptos puros del pensamiento que le miran a uno con cara de no haber roto un plato en su vida, y una insoportable pestilencia a sujetos, predicados, artículos, preposiciones, en fin, lo que es la materia orgánica de la literatura, hecha jirones por la penetrante profundidad del Tiempo. No es tan grave la cosa, con introducir el conflictivo tomo en el congelador y medio limón al lado, la regeneración completa del texto se sucede en un plazo breve: el armazón teórico del pensamiento hiedegeriano es tan sólido, que el verbo se hace carne en un momento, con el fresquito. Bueno, una vez, al sacarlo de la nevera, las pastas tenían la piel de gallina y nada más abrirlo para comprobar la restauración completa, un huevo cayó al suelo de la cocina haciendo un sonido metálico similar al de un martillazo sobre un yunque. Dan ganas de arrancarse por seguiriyas con el prólogo.
La señorita que adora el glamour y las revistas del corazón se ha enamorado de una marioneta que es especulador inmobiliario. Él ya le ha prometido que se van a casar y que la llevará a Nueva York, donde los taxis tienen el récord atropellando ancianas y cada minuto muere un niño por sobredosis de hamburguesas. Ella le jura que nunca moverá un dedo sin consultarle y que le dará hijos sanos, procurando inculcarles la filosofía del dinero volátil. Como ya no está de moda orinarse encima de las palomas, han decidido que cuando se instalen en Eurolandia, pondrán una piscina de agua mineral sin gas a una temperatura de 24º grados farenheit para ahogar golondrinas los fines de semana, afición ésta que los dos cultivaban por separado antes de conocerse. Es sabido que compartir el mismo pasatiempo da mucha estabilidad a la pareja, en un margen que puede rondar desde los diez días hasta los cuatro meses después de casados. Todo el mundo les desea lo mejor y les encanta la poesía de García Lorca.
No sé por qué, si supe de lo inútil entre algodones, preso en apariencias, me clavo tu mirada que multiplica estrellas me abandono, herido, a tus labios de alfanje y divides mi cuerpo con tus manos celestes. No sé por qué contemplo el fulgor de la tarde o las flores ajenas a su encanto inconsciente; como peces se hundenen mi boca tus besos mientras oigo tremar en el céfiro ardiente el silbido telúrico de los días sin nombre: será porque es aquí, entre tus brazos, donde la carne ahuyenta sus insomnios. Aunque no seas virgen by Silvio y Sacramento on Grooveshark