Leves son
la manzana de Cezanne
el vientre de una serpiente
la hora eterna
un plato roto
abandonado en el paraíso perdido
Dyunzaburo Nishimaki
Chillida. |
Este aparato es ligeramente más complicado que el de tirar de la cisterna, pero su función difiere ostensiblemente: mientras que la cisterna, nos libera de la mácula que alguna vez fue rico alimento, el levantalabios favorece la proliferación de la estulticia y la violencia, haciendo así muy difícil la convivencia. La mejor manera de acabar con tal descalabro, si bien no es la más correcta, consiste en propinar un fuerte puñetazo en los dientes, con lo que todo el sistema, se va al traste. Lo más que puede pasar, es que el levantalabios pierda aceite, antes de ser enviado al taller de reparación de máquinas antisociales, donde vivirá una segunda juventud, en compañía de expendedoras de tabaco (muy apreciadas, por la sensualidad de su voz), y quizá, de algún autómata inconformista, que arriesgó su vida en una encuesta. Se recogen firmas aquí, para abolir la estupidez en todas sus formas, excepto la mía , como es natural.