sábado, 30 de noviembre de 2013
CONSEJOS PARA ARTISTAS: objeto vibrante no identificado.
Suba al púlpito.
Si no sabe qué decir
cómase una naranja.
Verá que el público
creerá que su manera de pelarla
tiene el aroma bíblico de Arcadia.
Todo esto también sirve si
usted plañe una guitarra eléctrica.
No crea que por moderno
puede disimular
la altura que le separa del suelo.
jueves, 28 de noviembre de 2013
SIN TÍTULO
Considerando serenamente
el estado de la mar,
la cimbreante mosca
que se estrella en el seno de tu mano.
El álgido sabor a ola bruma,
la paz etrusca del que observa.
He decidido quemar un ramo de flores
aquí, donde mis antepasados juegan.
En honor de todo aquello que a nadie importa.
Colaje de Rafa Cornejo |
LA CONCERTINA
Siempre me decía mi padre: si aprendes a tocar la concertina, nunca te faltará un plato de comida. Entonces me hice concertista de concertina. Pero es un instrumento que irrita bastante los oídos cuando se está acostumbrado a escuchar a Mozart, que es un ángel. Decidí que era mejor emigrar a un país donde no haya ni una sola concertina, por ejemplo, pongamos que en las Islas Galápagos.
Cuando llegué sólo había tortugas, pero eran tan grandes que acabaron siendo una atracción turística, así que me vi obligado a matar una tortuga y construirme una guitarra con su caparazón, para poder sobrevivir dignamente entre tanto visitante. Un curioso halagador descubrió el tortuguicidio y me echaron de las Islas Galápagos. He vuelto a mi país de origen. Aquí las concertinas ya han desaparecido, aunque se hace raro, porque todo el día están hablando de ellas como si fuese un objeto muy peligroso que prohíbe el libre tránsito de personas y cosas. Estoy intentando recuperar mi antigua concertina. Si alguien ve una concertina como la de la fotografía le ruego se ponga en contacto conmigo, así esté en el confín del mundo. Se recompensará.
miércoles, 27 de noviembre de 2013
ROBO DE UN BESO / Cátulo
Te he robado, mientras jugabas, Juvencio de miel,
un beso más dulce que la dulce ambrosía.
Pero no impunemente, pues recuerdo haber estado más
de una hora clavado en lo alto de una cruz,
mientras me disculpaba sin que ninguna de mis lágrimas
pudieran aplacar un poco tu ira.
Pues, apenas te besé, limpiaste tus labios llenos
de saliva con tus delicados dedos,
no fuera a contagiarte mi boca, como si fuera
la sucia saliva de una puta infestada.
Además, me has entregado, desgraciado de mí, al cruel Amor
y me has atormentado por todos los medios,
para que de ambrosía de aquel beso se convirtiera
en más amargo que el amargo eléboro.
Así que, si éste es el castigo que das a mi desgraciado amor,
ya nunca robaré más tus besos.
Colaje de Paco Marcos |
lunes, 25 de noviembre de 2013
EROS ERA UN DIOS ICONOCLASTA ¿RECUERDAN?
En este punto
queremos ser muy cuidadosos:
Es evidente que la magnolia
ha de tener algún interruptor
en el peciolo.
Sospechamos que el erotismo
tuvo hace tiempo un affaire con la fotografía.
jueves, 21 de noviembre de 2013
ESTE PERISCOPIO EMITE UN SONIDO MUY AGRADABLE
Embajada de espantapájaros.
Que creen haber adivinado con astrolabio
lancinantes heridas del crepúsculo
en las notas de un arpa.
Almirantes de la medusa.
Secretos constructores
de la pirámide honorífica del verso
que trasminan de entre la bruma.
Emigrantes musarañas,
presas de la añagaza
o captor estupefacto
y gavilán poeta.
domingo, 17 de noviembre de 2013
CADÁVER EXQUISITO
El señor hecho de pórfido fracaso se ha enfrentado a una nube de éxito. El resultado es un dromedario que piensa aforismos. Tiene rostro de paradójico esqueleto sin llegar a ser un palo de sombrajo: si acaso le crece una rana en el lóbulo parietal. En el desvencijado cajón del escritorio le espera un revólver que dispara un ramo de claveles a la sien.
Colaje de Federico Hurtado |
sábado, 16 de noviembre de 2013
BESTIARIO ENDÉMICO: el camino fácil
El camino fácil (vaga lenticularis) es una variante antropo-amorfa del primo común. La tendencia que el primo común tenía, de escribir compulsivamente, sacrificando incluso su libertad, y desarrollando un larguísimo cuello para poder observar las estrellas a través de la ventanita del techo de su casa, provocó una metamorfosis evolutiva que acabo con su especie, para dar lugar a una nueva, un alarde de solidaridad. El ser que hoy ocupa estas líneas: el camino fácil. La vaga lenticularis no tiene cuello, de manera que su cabeza, encajada completamente en el pecho, hace las veces de pundonor in pectore, es decir: debido a la cercanía del cardiómetro con el cerebrusco, el camino fácil ha desarrollado una forma de visión instantánea, que elimina cualquier posibilidad de almacenar recuerdos.
El camino fácil señalando el camino fácil. |
Camina ininterrumpidamente a todas horas por las mesetas ariscas de la mancomunidad del Priorato de Uvas Calientes, y sólo se detiene para depositar recuerdos en los nidos del lechuzo normal,* en la praderas mansas de Ginebra, para lo cual ha de recorrer distancias astrofónicas a velocidades supermódicas. Por el camino, el camino fácil aconseja a la población de la mancomunidad, desarraigarse de sus naturales terruños. Su mirada ejerce una atracción coercitiva, transmite ondas telepáticas con extraños mensajes en hebreo clásico que inducen claramente a la vida nómada. Por esta razón se ha propuesto ya, como médida de perentoria necesidad, en el parlamento de Suavia, que sea extinguida artificialmente esta dañina especie sin recuerdos propios, o bien sea transformada en un ejército de jardineros, expertos en la tala de caprichos burgueses y en el desarrollo de la bella espina: una rosa de laboratorio cuyas espinas segregan lágrimas de cocodrilo. Una sola lágrima de cocodrilo es suficiente para regar una hectárea de terreno cultivable. En las mesetas ariscas, la agrimensura produce el alimento principal del magno continente de Eurora; la celulosa pulviscular, que brota en forma de libro de bolsillo.
* Puede el lector rastrear si lo desea la biogramática del primo común
y el lechuzo normal, clicando en sus nombres.
jueves, 14 de noviembre de 2013
DIOS SIN CARA
La tentación del viento en las persianas,
seca revolución de hojas a un Dios.
(por si tuviese cara)
Qué el mundo escupa en la noche
harapos moribundos y vuele la mosca
hacia el vértice azul de la sonrisa.
Ya callará el dolor húmedas lunas.
jueves, 7 de noviembre de 2013
PRECISIONES SOBRE EL AMOR CORTÉS
Para quemar un calendario se requieren
adjetivos y herrumbre:
la palabra expresiva, sin adornos,
tiene mejor combustión
que el participio pasado del verbo amar
o que esos futuribles donde hacen
patinaje artístico los elefantes.
Se han secado las larvas del verano,
ahora el vino se nutre de otras sombras
desgajadas en fiebre contra el frío.
Deposito mis labios
sobre el filo nombrado de tu rostro.
Hay tomillo
en la escarpada cumbre,
en la serena mano que te cubre
hay aroma y me crujen
las rodillas de buscarte
por donde el zorro huye de la vulva.
¿Dónde nos dirían
que la especie humana
está predestinada a perpetuarse?
¿No es acaso, quererse, un juego
con átomos leves de mercurio?
Colage de Jean Lecointre |
martes, 5 de noviembre de 2013
ANTíSTROFA / de Gerardo Deniz
Como un vino feroz entre las cosas o un gran deseo de
hembra,
como la luna sobre las islas que piensa el bonzo
errante,
por la tarde que guarda en ánforas selladas el poema,
la niebla al acecho entre los pinos,
qué inminencia del canto palpando su flagrante
desnudez:
cosas con lumbre, cosas con tetas, cosas cubiertas de
liquen;
reconocer el relincho del caballo de Godiva, así el
amante saliva de la
amante
—así también los charcos erizados por la lluvia en la
ciudad obtusa,
animal doméstico y blando en el atrio del monte,
lago de yesca y alcoholes, pobre mar sin Magallanes,
momento de aves planas las veletas: ni lección rota en
espuma,
ni insectos con tabacos fugitivos —aquí y ahora,
en cualquier nimbo gris es la estación sin duda menos
vasta que un designio
de dioses
—no importa que el oficiar sea poco ortodoxo—,
pero al oírla llegar se avivan colmenas de votos y
preces:
que siga siendo la muchacha flaca y puta, llegue y
regale
—en la cama, en la alfombra, bajo el pavorreal
al bañarse—
escorzos para mejor saber el clima que aumenta hasta
los dientes,
sésamo que entreabre lacas rojas de caracol salado
a la noche total de nectarios y espádices,la noche toda agosto —allí la riña tumultuaria
de tantas potestades sin sentido: Cazador, Cinosura,
imagen, paloma de huesos huecos que sostiene el azar
sobre el largo desdén con que el río se entrega hasta la
encordadura
de la cascada entera. —Poesía la llamarán, oh indecisa
mordiéndose los labios cada pocas palabras. Y será si
perdura
—dilatados alcances de mañana—
nervio y olfato como la tarde tras la lluvia
o cuando es ley el viaje pero dudoso el rastro —acaso
el suroeste
una vez más, o algunas, moviendo su tibieza bajo el
agua que surcan coros punitivos,
y las tripulaciones la cubrirán de brea, y el mar mismo
ha de anegar sus sílabas escasas
en un pecho viscoso. Rumbo será, no más, y tal vez
para nadie. Vuelve a casa, donde la fiesta humea,
a tus prestigios de victoria áptera, espasmo de unos
cuantos.
hay que pesar tus faltas, adolescente torpe; difícil
archipiélago
de estigmas estivales, fruta verde que derribó el granizo
sobre la hierba nueva;
credo en tu axila, piñón en tu sexo,
largas manos para cubrirte el vientre mientras en tu
piel duran los caminos rojizos de ir vestida;
y tu menstruo es modesto. Cuando el viento cede
y la ciudad como un tifus muy logrado establece en
todas sus buenas obras
ese halo urinario del cemento reciente;
cuando retorna como un cometa puntual la confianza de
aún no haber dicho nada,
el mundo —al menos éste— se vuelve una tela de juicio,
y el Ser
la hipóstasis de un verbo auxiliar, la Historia
tan discutible como al penúltimo empalado sobre el
Bósforo, y la Poesía
un mercado de sustancias pegajosas. Y así son, en
efecto. Lo demás: buenaventura, cópula, 17
razonable placer al vislumbrar una estrella entre el
follaje
—incluso al recordarla— y la costumbre grecolatina
de mentir. A veces la fractura es conminuta
o la urgencia del chancro entrega alas y caduceo al que
pensaba hacer otra cosa. Pero ésas son
incidencias, aunque a menudo costosas; también cuesta
el lenguaje,
que no es, con todo, sino lo mismo pero mal puesto,
efusión gratuita que escala de cuando en cuando cierto
rigor aparente
por que lo llamen sereno o algo peor —pues ahí está,
entre otras, la Fe. Las montañas diversas y siempre
suburbanas,
dentadas por árboles lejos —allá el día reclina la sien
al conseguir repetirse sin nombrarse—, son estables
como la injusticia
y a su diestra permanecen. Ningún mártir podrá
lo que un siglo en la brisa o un periplo de hormigas
llevándose los granos uno a uno. Pero eso es la
paciencia
—y más, la certidumbre
edificando a solas castillos improbables y desiertos,
armerías de aire
donde afila sus lanzas el alba deshabitada, casi idéntica;
luego,
en la terraza abierta, ante el trono de un emperador que
no ha de llegar nunca,
el grillo cante y por la pauta complicada de los fosos
corra
el azogue sin fin del no saber. Entre una grima de
vajilla rota,
la Doctrina inútil con sus mirras, inútil con sus profetas,
inútil con sus almuédanos,
inútil como acercar la mano hasta una luz muy fuerte
y verla traslúcida y roja y atroz. Sosiego
por los senderos curvos de la elipsis,
línea de piedras blancas sobre el trébol —oh falso
meridiano
encaminado al neuma de las proas en el atardecer,
juglar o Jerjes con vestiduras de color dudoso 18
—vaya por los muelles poblados de plática,
hacia visitaciones de aminas brutales repasando el
salterio de las olas; vuelva por los cauces
del ocaso que huele a pólvora, a la orilla caída entre
las sábanas:
y soportar la estolidez del Pueblo cargado de sabiduría
subliminal, replegándose
hasta el umbral frecuente, la escalera, el santo y seña;
los amores
con su grotesca lógica gris de límite impreciso como
cualquier viejo reino oriental,
como la del Espíritu cretino escandalizando en el piso
de arriba:
cuántas faldas en los tendederos de la Historia mientras
ardían las hojas muertas,
cuánto Ser secándose sobre las azoteas altas. Última
voluntad:
una procesión de archimandritas a galeras. Se iba del
puerto el otoño
por balcones mohosos de parteras y sastres. Gusto a
canela
y esa forma femenina como un mapa de América del
Sur en plena calle
a la hora del mucho calor, cuando el ámbar se ablanda
y los diez mil
honorables insectos concursan otra vez
en los solfeos del recato, en los libelos de la noche;
dones nupciales,
mancha de aceite que crece despacio por el papel.
Este brusco olor a cuadra en medio del silencio húmedo.
lunes, 4 de noviembre de 2013
PANORÁMICA DESDE LA TORRE EIFFEL
Cierra los
ojos.
El fuego
crepita hasta la estrella.
Es una
mirada perpleja de hembra o
murciélago embrión de
la muerte
siguiendo
el rastro de una piel intocable.
El mirlo
negro de la caricia
o la cáscara
amarga de otras lunas:
mientras el
mundo ruge hondo.
Es el
histrión que espera en un patíbulo la artesanal
conjura en
que arderemos todos.
Labios y nervio
azul
dilatando
las pupilas de la noche.
Robar al mar últimos cristales
bajo una densa niebla entre pinos absortos
mientras pasa la comitiva de ciervos
(con la cornamenta mutilada)
que anuncia el final del otoño.
El hastío ha encontrado un buen tren.
domingo, 3 de noviembre de 2013
SE AGRADECE INFINITO QUE HABLEN SÓLO DE LO QUE SEPAN
Sobre un paisaje sin aristas
suena la noble aspiración
de un fagot.
Humilde fontanería del hombre
contra la subjetividad.
Alguien ha de soplar el cristal
para que el ojo hipotenusa del imbécil
trace nubes a medida.
Una manifestación caótica de homúnculos
pide limosna por las avenidas:
hacen un ruido a mentira piadosa.
Usted debería hablar
con lengua bucólica de vaca
y su frase será
expuesta
en el escaparate de una carnicería.
Una mosca liba gotas de sangre
en los labios de un ciego
que palpa la ausencia de su perro.
¿Será capaz el ignorante
de asfixiar
con medias de prostituta eslava
las solicitudes de su vanidad?
Colage de Federico Hurtado |
sábado, 2 de noviembre de 2013
LA MOMIA DEL FARAÓN NEFRÍTICO
Todo jeroglífico tiene algo de maléfico. Por hiperbólico contiene el germen de lo diabólico: hasta que llega un científico, normalmente un señor con tintes honoríficos, un escritor prolífico de un genero específico con un carácter por lo común, pacífico, capaz de desentrañar ortográficos enigmas tallados en la piedra por algún beatífico artista egipcio. El mensaje que esconde, en apariencia caótico y estrófico, la columna del templo de Luxor en líricos dibujos estrambóticos, cuya simbólica y telegráfica sucesión sería inasequible para los anémicos habitante de El Cairo, vendría a decir, con lógica benéfica, que aquel que se atreva a robar en la tumba de la faraónica momia, padecerá cólicos nefertíticos hasta la consumación hipertrófica de su cuerpo, convertido en un amasijo metabólico; en un atrófico conjunto de huesos, de aspecto terrífico. Cuando el doctor Lívido penetró en la cámara mortuoria, los dientes de la momia del faraón Nefrítico parecían haber sido frotados con dentífrico.
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