Sacas tus demonios al sol y te preguntas
si tienta la sed a Dios, de eternidad cumplida,
y luego la reparte entre los hombres
como un pan de justicia, una sed furiosa
de aniquilarse en nombre de una idea,
en nombre de las puertas que abre el viento,
en nombre de las plagas que vendrán.
Estos eran tus demonios a la sombra,
todo aquello que escapa a tu albedrío
y termina por ahogarte ciñéndose a tu cuerpo
como una luz insomne que penetra en tu alma.
Grabado de Francisco de Goya |
Excelente.
ResponderEliminar