Desafiante, la lengua tiene forma de escalera, y se van deslizando las palabras en ángulos de noventa grados hacia el incendio del idioma, y en ese momento la coma es un bombero sacando músculo. Que cada uno la ponga donde quiera, y allí nos veremos. Porque este incendio no hay forma de apagarlo sin dejarlo arder.
Dibujo del autor |
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