Tibio aliento del alba, tu vientre
es un pozo en el centro de un jardín,
devora luz contra el dictamen del tiempo.
Fija tu estancia de carne en las puertas
abiertas de la noche, mira como tiemblan
con dejo miserable las estrellas.
Recibe la sed, vestida de agua,
y cólmala de oscuridad y vino.
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