Si cuento algo relacionado con escuchar un blues tocado, en concreto, por el saxo barítono Pepper Adams, estaría plagiando de mala manera a Córtazar. Como decía Cervantes en el prólogo del Quijote; para qué andarse tomando prestado de otros lo que sé hacer por mí mismo. De todas maneras, cuando escucho un blues por Pepper Adams o quien sea, me da una ternura como de querer abrazar al primer borracho que vaya por la calle, con paso de contrabajo viejo y húmedo, paseando sus tristes notas de color. El pensamiento abstracto, por seguir con Cortazár, tiene esas cosas: con Cortázar, o con Russell, donde quiera que lleven la tilde en el apellido.
Pensar en abstracto es muy saludable, porque nos ayuda a percibir esas importantísimas sutilezas que el pensamiento dedicado, pongamos por caso, a la cría del cangrejo, descarta por puro sentido práctico. La gran lección a la humanidad de parte de nuestro amigo el semáforo es que hay que esperar a que el pensamiento se ponga en verde para lanzarse al abstracto paso de cebra con una cierta seguridad de que no desapareceremos en el intento.
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| Colaje de Francisco Marcos |
Pensar en leer cosas así hace que la vida sea más alegre.
ResponderEliminarGracias.
EliminarAmigo Manuel, la mejor manera de conocer lo tangible es pensar en abstracto.
ResponderEliminarGracias a la abstracción que me proporciona la matemática consigo diseñar mejor una estructura y tú ya sabes que solo con la abstracción que nos proporciona la armonía se consigue una buena composición.
Incluso, con la abstracción en sí, el edificio mental ya se completa. Así puede ser la poesía.
Salud
Francesc Cornadó Estradé
Sí, Francesc, suelen separarse erróneamente lo tangible, lo material, y lo abstracto, pero como bien dices, el pensamiento es un ejercicio de abstracción ligado a la memoria, y el que nos brinda la posibilidad de construir mentalmente con solidez.
EliminarUn abrazo.
Manolo Marcos
Quien parpadea se-te- pierde
ResponderEliminarMenos mal que hay parapadeo, de lo contrario no podríamos dormir.
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