Collage de Al Juarismi. |
(comedia en tres besos)
Estaba casi desvestida
y los árboles indiscretos
pegaban su follaje a los cristales
perversamente, muy cerquita.
Sentada sobre mi sillón,
semidesnuda,
ella juntaba
las manos. En el piso
se estremecían de gusto sus pequeños
pies tan finos, tan finos.
Yo, de color de cera, observaba
un rayo de luz vegetal
que mariposeaba en su sonrisa
y sobre sus pechos-mosca en el rosal.
Yo besé sus finos tobillos.
Ella soltó una dulce
carcajada brutal
que se desmigajaba en claros trinos
(oh, bella risa de cristal).
Los piececitos se escondieron
-"¡estate quieto!"-bajo el camisón.
Su risa fingía reprocharme
la primera osadía permitida.
La besé dulcemente en
sus pobrecitos ojos, palpitantes
bajo mis labios; ella echó hacia atrás
su frágil cabecita: "así, mucho mejor...".
"Señor, he de decirte dos palabras...".
Y me empleé a fondo sobre el pecho
en un beso que la hizo reír
con una risa de las buenas...
Estaba casi desvestida
y los árboles indiscretos
pegaban su follaje a los cristales
perversamente, muy cerquita.
Siempre me reconforta vagar al azar por tu blog, Manuel. Este poema me ha caído muy bien hoy. Admiro además la frescura y el desenfado de los muchos textos que ofreces aquí. Un saludo, buen amigo.
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EliminarRodolfo, vagar al azar es una gimnopedia necesaria. Agradezco tus palabras de la misma ingenua manera, un gran abrazo, querido amigo.