jueves, 5 de agosto de 2010
Louis Aragon Persona Pálida
Más mísero que las piedras
triste a más no poder
el hombre escuálido con el atril
hubiera querido aniquilarse.
Qué frío el viento penetra
en el lugar de las hojas muertas
cómo patear para ahuyentar el frío
con qué pie iniciar la semana.
Un silencio que nunca acaba
ni una palabra tierna para engañar al invierno
la sombra del alma del amigo
la escritura, tan sólo las señas.
Mi sangre daría una sola vuelta
los sonidos se perderían en el espacio
como dedos congelados.
Soy un patín abandonado en el hielo
traspasado por el amanecer.
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