DESPISTES
El alma, contra lo que suele creerse, es bastante inestable, es difícil tenerla en paz, de vez en cuando si no está uno atento, se pierde; basta con pasar al lado de una papelera y mirarla para que inadvertidamente caiga dentro. Para cuando uno se da cuenta que se le ha perdido el alma puede haber un trecho estimable, y hay que volver a por ella: no se puede andar por ahí sin alma, como el que no tiene cambio. Menos mal que está sintonizada en el mismo canal que la mente, ese otro ente tan díscolo a veces, que sin embargo se las apaña mejor para no despistarse a las primeras de cambio. Toda la culpa no es de ella, hay que tener en cuenta que el cuerpo está lleno de agujeros, ya saben, no me refiero a la boca ni nada que se le parezca, hablo de los agujeritos negros de la materia, presentes en nuestro cuerpo igual que lo están en el universo, pero a escala humana, que son la ventana ideal por la que el alma se fuga por un rato, cansada de habitar en las torpes costumbres de la carne, para irse al muelle a volar con las gaviotas, y airearse un poco.
Hay gente que intenta taparse los agujeritos con escudos de equipo de fútbol o poemas recortados del periódico. Vi un señor una buena tarde, que llevaba un agujero negro del alma tapado con un sello de la IIª República; me dio una pena atroz. Otra vez vi a una señora que portaba una foto de Evita Perón en la ópera, con esos prismáticos tan cursis que se cogen con dos dedos: ¡Qué sofisticado!. En fin, como ven, si uno no le da unas consignas mínimas, se pierde mucho tiempo con el alma. Yo la tengo fichada en la policía, ya ni me molesto en buscarla: cuando se me pierde llamo al cuartel y me la traen en media hora como la comida del chino. No quiero darme cuenta completamente, pero creo que ya no tengo el alma sintonizada con la mente, si supiera donde está ahora... tengo que coger el autobús, si no viene conmigo, voy a andar por ahí como un siniestro fantasma, muerto en vida.
Muy buen texto, te felicito. Es importante tener fichada el alma para poderla recuperar cuando se nos ha extraviado. Si el alma se le escapa a uno por los agujeritos y luego la recupera, pues bien, así vamos tirando, lo malo es cuando se le escapa por la boca que a según quienes les deja un sabor acre en la lengua y el paladar que no se quita ni con Listerine "forte".
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Francesc Cornadó
Mucha razón te asiste en estas palabras. Nos pasamos la vida haciendo problema de cosas sin importancia en lugar de ponernos a su servicio, y con el agravante del mal humor. Ya Paracelso previno una manera de mantenerse al margen de la atrabilis. Por eso hay que dejarla tranquila, y que ande a otras ocupaciones, que cambie de aires el alma. Se felicita uno, sobre toda cosa, de tenerle de amigo.
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Manuel Marcos