La noche, su fresco bocado de vida muerta,
me reclama. No es un halo de sombra.
Ningún cortejo fúnebre de estrellas
titubeantes, presas en su luz imaginaria,
coronará esta ristra de palabras
colgadas al azar de cualquier viento.
Quisiera para mí la timidez salvaje de la bruma.
O para darla acaso mejor.
Para dejarla en pago del amor
que muy seguramente habremos recibido.
Como sin acordarnos casi.
Sin hacer ruido.
Buen poema, te felicito. Me gustan las imágenes poéticas descritas.
ResponderEliminar"Para dejarla en pago del amor
que muy seguramente habremos recibido."
muy bien.
Salud
Francesc Cornadó
Me gusta mucho la imagen del hombre clásico gris que has dejado, ahí, sin rostro, dispuesto a no mirar y con la ramita en la mano.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Es usted muy amable Francesc, me alegro mucho que le plazcan, para mi es una necesidad escribirlas y también en cierta forma un sueño cumplido poder dejarlas aquí para personas como usted.
ResponderEliminarEl hombre clásico es un graffiti que vi en Huelva hace unas noches, no es frecuente que esta ramita del arte público tome motivos tan antiguos, pero de cuando vez asoma la sorpresa. El hombre río, la escultura flotante que da imagen a la portada del blog es una iniciativa que tuvieron unos amigos de Córdoba. Tiene incluso su placa conmemorativa pero desde finales del 2008,que se lo llevó en una crecida el sagrado Betis, no ha sido posible restituirlo.
Muy agradecido, cordiales saludos.