" ¡No le toque ya más,
que así es la rosa!"
Juan Ramón Jiménez
FÁBULA DE LA ROSA Y EL VELOCÍPEDO
(Romance a lo Walt Disney)
-Cuidado, Doña Perfecta,
-dijo a la rosa el biciclo-.
¿Por qué me sales al paso?
Si no te apartas te piso...
-Pasa ya, tonto de acero;
no tienes miedo al ridículo.
-El jaramago te adora.
-¡Mentiroso!
-Yo lo he visto.
-Yo nací con la manzana;
vi a Eva en el Paraíso
y habrá rosas de mi estirpe
en el Día del Juicio.
-No sigas, rosa perfecta,
de eso a mí me da lo mismo;
tienes una vida efímera.
-Todo en la vida es efímero.
-Metafísica estás...
-¿Qué oigo?
-Que eres medio tonta, digo;
más tonta que un miriñaque.
-Eres idiota, biciclo;
quiero decirte tres cosas:
¡cínico, cínico, cínico!
-Con los madrigales cursis
te embriagas, es tu oficio...
-Y el tuyo llevar al parque
los tontos en equilibrio.
-Tú no sabes geometría.
El relojero es mi amigo;
que aprenden de mis prodigios.
Euclides hizo posible
que yo esté hablando contigo.
-Déjate de garambainas
y demás textos científicos;
cien poetas me cantaron
antes de nacer Virgilio.
-Vi libros de un ingeniero;
mi esquema viene en sus libros...
-Soy ex-libris de las flores.
-Yo el colofón de lo antiguo;
los hombres quieren volar
e inventan el velocípedo.
La perfección de las ruedas
madura en mí su principio.
-¿Las ruedas eran cuadradas?
¿Rodaban a pie cojito?
-Mírame; frágil, aéreo,
tengo radios, no pistilos;
corto rosas de aire al viento,
corro como un cervatillo;
biselado por la brisa,
virtuoso y agilísimo;
tengo esbeltez de jirafa
que aparece en espejismo.
¿Y tú, rosa...?
-Presumido.
Como no tengo tu labia,
ni tu jarabe de pico,
verás qué dice un poeta
que me canta en este libro...
Y la rosa reflejaba
en niquel de velocípedo,
perfecta, pura, geométrica,
la Anunciación de un prodigio,
que iba a emparentar compases,
rosas, lápices y lirios.
Se cuenta que se casaron
que tuvieron muchos hijos...
Automóviles perfectos,
hidroplanos de aluminio,
son los nietos de una rosa,
los nietos de un velocípedo.
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