Acongojante falsedad de los recuerdos
que intempestivamente me visitan,
¿qué querrán, cómo habrán sobrevivido
durante tantos años,
hasta cuándo
desdeñarán mi turno de perplejo?
Son más bien como intrusos
que tratan de engañarme con historias
apócrifas, que fingen prevenirme
de las muchas disputas
que siempre han mantenido con mi felicidad.
También se profetiza lo que ya se ha vivido.
Buen homenaje a Bonald
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