No me cabe ninguna duda, Manuel, Eros tuvo un affaire con la fotografía. este dios inclemente gustaba de las instantáneas, lo "quietificaba" todo. El deseo bajaba del cielo a la memoria y allí quedaba fijado para siempre. El ser humano tiene una tarea que jamas debe descuidar,: mantener el interruptor en perfecto estado de disparo. Salud Francesc Cornadó
No me cabe ninguna duda, Manuel, Eros tuvo un affaire con la fotografía. este dios inclemente gustaba de las instantáneas, lo "quietificaba" todo. El deseo bajaba del cielo a la memoria y allí quedaba fijado para siempre. El ser humano tiene una tarea que jamas debe descuidar,: mantener el interruptor en perfecto estado de disparo.
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Francesc Cornadó