PERO tú fuiste más. Lo que me diste
pasó los mil ocasos infinitos
de mi ilusión ansiosa;
y en el sinfín del fin
abrió un momento hacia mis ojos
la flor que se abre siempre
contra los ojos del que ve más, más.
Sí, Sí, yo vi por ti
lo no visto por nadie ni por mí
antes de ti; yo vi
más que lo que ha creído,
Rimbaud, algunas veces ver el hombre,
más de lo que ha creído
algunas veces develar
la mujer.
¡Qué transparencia
insólita, con el tesoro
de todo lo imposible deseado
en su entreabierta invisibilidad!
Pintura de Ángel López-Obrero |
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