Caminas solo, corazón, cada latido
bate las razones que agolpan
en mi mente un sórdido silencio
que no quiero escuchar. Te fuiste
adonde nadie pueda ver como
se esfuma el tiempo entre mis manos,
de qué manera huye el amor con él
consciente de lo poco que merezco
esta piedad que rindes, con tu ritmo,
a una memoria de cristal quebrado
en la indolente faz de las esquinas.
No sé por qué, aún, con humildad
te empeñas en sostener erguida
la soledad amante de esta vida,
hija de un templo que ya está en ruinas.
bate las razones que agolpan
en mi mente un sórdido silencio
que no quiero escuchar. Te fuiste
adonde nadie pueda ver como
se esfuma el tiempo entre mis manos,
de qué manera huye el amor con él
consciente de lo poco que merezco
esta piedad que rindes, con tu ritmo,
a una memoria de cristal quebrado
en la indolente faz de las esquinas.
No sé por qué, aún, con humildad
te empeñas en sostener erguida
la soledad amante de esta vida,
hija de un templo que ya está en ruinas.
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