Toma mi amarga boca por la cola
tengo un cielo en los ojos de tus nubes
con alma, las ventanas cerrándose
agrandan la quemadura insomne
de las noches y para qué me sirven
estos versos de afuera malparidos
ya ni duele el dolor es sólo trampa
ya no hay adentro íntimo ni puerta
donde crezcan los mirtos de pureza
a unos brazos asida en la demora
oscura que fulmina con pájaros
esa lenta caricia verdadera
cuando sume la vida en un instante
dones claros de luz en unas manos.
tengo un cielo en los ojos de tus nubes
con alma, las ventanas cerrándose
agrandan la quemadura insomne
de las noches y para qué me sirven
estos versos de afuera malparidos
ya ni duele el dolor es sólo trampa
ya no hay adentro íntimo ni puerta
donde crezcan los mirtos de pureza
a unos brazos asida en la demora
oscura que fulmina con pájaros
esa lenta caricia verdadera
cuando sume la vida en un instante
dones claros de luz en unas manos.
Te felicito Manuel. Un gran poema, de estos que hay que preservar.
ResponderEliminarSalud
Muchas gracias, mi querido Francesc, lo haré.
EliminarUn abrazo.