I
Tu pulso sereno traza
las líneas maestras de un poema
su arquitectura efímera, a lápiz
esbozas en una hoja blanca
la forma enamorada de la materia.
La luz abre la idea sobre el tablero.
Mimética dibuja con tus manos
el edificio humano.
Una caricia leve del viento
mueve algunos planos ordenados:
la tarde avanza
diestra en el volumen,
acotas los silencios, los vacíos.
El poema se sostiene,
desde los cimientos hasta el cielo
es todo uno y lo mismo.
II
Sobre la mesa de dibujo
la paralela y el compás
confían en la audacia
de tus pensamientos.
Esa inestable flor de inteligencia
triunfa sobre la vana gravedad.
Los pesos van rimando
en contrapunto fiel
la magia de lo estable
en el espacio puro conquistada.
III
Ignoramos al arquitecto.
Su utopía es nuestra casa
acogedora, antes que un lugar
fue patria libre de la mente
ocupada en ideas puras.
Fue arte antes que hogar,
sabia ponderación de medidas.
Cálculo de resistencia del verso
tensiones resueltas en el aire
compones el alzado en busca de tu Ítaca.
soberbio, precioso a ése que dedicas
ResponderEliminarGracias Jorge.
Eliminardelicado, profundo e iluminador poema. me parece que de algún modo implícito las tres secciones hablan con voz independiente e inherente al conjunto, propio de la tricefalia de la arquitectura de la que francesc: nunca pasar por alto.
ResponderEliminarlas imágenes son magníficas también, por ese "plus ultra" que adivina la mente creadora, y que luego el hecho construido aveces y por desgracia... pero que cuando hablamos de mayúsculas, transferidos y reposando para que quien pase, sienta.
hermoso.
un abrazo.
Muchas gracias Kinicos por tus palabras,las celebro. Voy poco a poco refinando. La mejor justificación del título de este blog, que no otro sentido tiene mejor que este que tu le has dado. Un abrazo.
EliminarSalud
Hasta hoy (27-9-2012)no había visto esta entrada, ya sabes que he estado apartado unos días, metido en esas cosas de la arquitectura, que después se petrifican y hace que el hormigón de las palabras fragüe en forma de versos, si no es así, poco vale el hormigón, es solo un sueño que produce monstruos de especulación en vez de la realidad de un habitat humano. Inmerecida, esta dedicatoria me halaga. Muchísimas gracias.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Gracias a tí, Francesc, por honrarme con tu amistad. Espero que haya ido todo muy bien. De esa manera he intentado construir estos poemas, despojándolos de especulación para que quede sólo el hábitat de la palabra.
ResponderEliminarSalud
Manuel Marcos