A tu vida por pedestales de hierba
A tu mirada cazamariposas por la estatura leve del llanto
A tu manija de sombras en el pecho para matar la luz
A tu pezones duros por dudas cartesianas
A tu poma encendida con la virtud del ansia contenida
A la templanza y burla de tus labios sacrifico crepúsculos
Al corazón vacío de las nubes por tus manos tan clásicas
A tu canción de luna silenciosa por el pábilo negro de las velas
A tus muslos risueños por el áspero tacto del limón
A tu muerte por el óxido que muerde las puertas, las ventanas, los muros,
las palabras, el cemento armado de razón con que por puro amor
se deshace en preguntas el almíbar y el miedo
Para quebrar el látigo ondulante del tiempo
Sin solución de continuidad y habiendo antes quemado
Con la alegría de romper los cristales de un banco
Todas las sinapsis que me impedían verte como eres
Una sencilla rosa tan imperfecta y dulce como un río
Donde la noche siembra eléctricas estrellas
Kolaj de Rafa Cornejo |
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