martes, 24 de julio de 2012
Canal del Bajo Guadalquivir
Las heridas de la guerra / son difíciles de curar /
sólo hay una medicina:/ el amor y la igualdad.
Anónimo sevillano del siglo xx, junto al canal, donde habite el olvido.
Huera soledad sin eco
de manos que te afanaron
en cautiva muchedumbre
a pico y pala calladas.
Baja podrida tu agua
por exclusas taciturnas,
ojos de olvido inhumados:
A regar la fruta fresca
que a la boca se llevaron
los hijos del lado limpio.
Nunca sabréis cuánto lodo
tragaron las dulces gentes,
(fango de lágrimas negras)
agobiadas por la parca.
Cuánta rabia soterrada
devorándose en la entraña
de tu cauce de agua mansa.
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Qué escalofriante réquiem andaluz... Es precioso.
ResponderEliminarCelebro que te guste, muchas gracias.
EliminarSalud
Manuel
se clava éste poema...
ResponderEliminargracias por traer los ojos del río que se abren como dagas en el tiempo...
Muchas gracias Mareva, a ti, por honrarme con tu presencia atenta.
EliminarSalud
Muy buen poema, Manuel, parece seguir el ritmo de un romance. Romance de días heridos por el dolor y la sinrazón. Las aguas pasan pero el río es el de siempre, el de la lucha y la barbarie de la historia.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Preciosa definición que daría titulo a un romance más extenso que este. En efecto, amigo Francesc, la lucha denodada y la barbarie estulta en triste coyunda, polvos y lodos juntos sucediéndose y hay que seguir con más ganas, como estos presos, que sobrevivieron a costa de la esclavitud humillante que sufrieron. Muchas gracias, Francesc.
EliminarSalud
Manuel
encadenado por la corriente y atónito ante la última estrofa, el reflejo sobre el agua desenfunda mi mirada y la reta y vence, y la mansedumbre que deja hacer.
ResponderEliminarfantástico, poeta.
piedras que arrastran río y tardaré en digerir.
Pues bien que me alegro, kynicos, aunque sea una elegía de impotencia. Muchas gracias, estimado amigo, no son nada estas palabras sin vosotros, que les dais vida al leerlas.
ResponderEliminarSalud
Me ha gustado mucho. Un poema rotundo y preñado de verdad. Una verdad histórica que no acaba de ser ni admitida, ni desenterrada por demasiados compatriotas. Una verdad que sigue generando barro amargo después de 76 años, pero, como dice el anónimo sevillano, esa única medicina de amor e igualdad no se emplea en nuestro país.
ResponderEliminarUn abrazo y voy a leer tus entradas que se me han atrasado (que son muchas)
Sabía que éste poema concitaría tu interés especialmente: ahí sigue en pie ese monumento universal al fascismo que es el Valle de los Caídos, el más lúgubre mausoleo que han visto los tiempos, parque de atracciones del oscurantismo español, insulto permanente fundado en el odio y la desigualdad. Gracias, querido amigo, por tu interés siempre, vaya ese abrazo.
ResponderEliminarSalud