Aquí tienen mi rostro usado, se vende,
su profesión de máscara deserta
de la función teatral que mantenía
con el tímido espejo, balbuciente tahúr,
que me devuelve el cambio en calderilla.
Copula con tus sombras, deseada luz,
y rézale a tu dios envanecido,
dile que aquí no podemos guardarte el alma
hasta mañana.
A. Paul Weber |
Me gusta mucho, Manuel. Podría pensar en el barquero Caronte comportándose como un burócrata del infierno.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Me alegro, Francesc, sobre todo por esa visión que te provoca. Muchas gracias, mi buen amigo.
ResponderEliminarSalud
Manuel Marcos
Tengo que reconocer que lo he leído varias veces y todas me ha llamado la atención.
ResponderEliminarSalud.
Me congratulo muy sinceramente, es un honor para mí que te plazca.
ResponderEliminarSalud.
devuelve el cambio en calderilla
ResponderEliminary cada vez menos. afilado bisturí el tuyo, Manuel. como siempre.
abrazos poeta.
Antero, gracias, por poco dinero que sea, seremos lo que semos siempre, claro.
EliminarUn abrazo.