Intuyo que en la pena los hombros se suavizan como olas desmayadas que anegan en los brazos un deseo. Acaricia una sombra; húmedas dentelladas que ribetean en las fotografías las costillas quemadas de la luz, lo imposible de ser huella constante, de perdurar en tu calor, en tu sonrisa. Intuyo que en la pena mi soledad se hermana con el viento, es caballo furioso que redobla esa rabia ancestral de la locura, soledad engañosa en busca de jinete. Déjate ir, salvaje: nadie habita tu nombre.
martes, 17 de enero de 2017
SALMO DEL CABALLO SOLITARIO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
...soledad engañosa en busca de jinete. Precioso Poema e ilustracion. Fabuloso.
ResponderEliminar