A ti voy, sin ir.
En ti soy, sin estar.
Sin avidez, en vilo, ante la duda
me lavo la cara con escarcha,
me limpia de insomnio los recuerdos.
Pero no se me olvida cómo tu vientre late a veces
en la penumbra del tiempo, bajo mis manos
trémulas, cuando la lluvia escampa.
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Pintura de Jean Paul Lemieux |
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