Querido Charles: perdí un lápiz. Creo que lo robaron mientras besaba el cálido paramento de unos labios. No soy un determinista de esos que piensan que todos los lápices están perdidos de antemano, pero tampoco tan ingenuo como para pensar que la especie humana haya evolucionado hacia un estado de amor universal, despreocupado y valiente. He visto más de una goma de borrar llorando por las esquinas. Quisiera decirte que en tu indómita bondad me golpees en el corazón tres veces con tu ley del más fuerte para que esta víscera mía evolucione. A cambio, si lo deseas, yo podría rasurar tu frondosa y amazónica barba.
lunes, 14 de octubre de 2013
CARTA ABIERTA A CHARLES DARLING y su origen de las especies
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