A Flor Angélica Barboza y Ángel Ortuño
Inmóvil súbdito del reino vegetal:
una carta que el destino te oferta,
cinco tréboles, un viento azul,
tu mujer de alas anchas como soles.
El paisaje que miras
es la visión plenaria de las cosas
encarnada en la luz de la conciencia.
Tú que supiste a tiempo cortar la flor
por la metáfora
para que no muriese de su ser
y el fruto de ese amor fue la verdad:
Es para bien el trance, ya lo decía Quevedo.
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