Floreció en Florencia en medio de un camino por donde pasaban los trovadores medievales, que a base de pisotearlo le dejaron esa cara tan tosca y humana, es decir, toscana, que le caracteriza, frente a tantos poetas tibios, aureolados en el limbo de la inopia, o comodamente instalados en el paraíso. Sus padres dudaron si bautizarlo con el nombre de "Durante", pero el cura párroco aprovechó el impás para convencerlos de que "Pedante" era ideal, teniendo en cuenta el perfil de pedrusco etrusco que lucía. Quiere decirse que después de sus estudios y todo eso, se dio cuenta que el salto generacional y cultural que había entre la antigüedad clásica y la edad media, era un pelín fuerte, que la cosa olía a oscurantismo y a peste bubónica una barbaridad, y para contrarrestar, defendió la separación de iglesia y estado (inventó la tijera laica). Hizo un viaje célebre para difundir sus ideas renacentistas en el paraíso, que estaba lleno de gatos; en el purgatorio, donde le presentaron formalmente muchas quejas; y en el infierno, que es donde únicamente le hicieron un poco de caso. Mucha gente pensó que estaba haciendo turismo, y la verdad es que su vida fue una divina comedia, pero en realidad estaba buscando a su novia, Beatríz, una top model de la época, bastante escurridiza. Era un persona con un gran sentido del humor.
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