El trece origen, en la voz
convenientemente amplificada
del gurú cuyo escenario.
Y
las cenizas
aún humeantes
del romanticismo:
un poeta que en su muerte se lleve
el gen de la poesía
que fue viento emproado, deferente sonrisa es ahora;
la mentira más teñida de ignorancia que nunca.
El ala de ángel, podrida,
con la palabra astracán haciendo guardia.
Un aroma de muerte
por un silencio de espadas.
El saludo fraterno en oscuro,
postales a contrapelo
en su función de rosa,
evanescente imagen de belleza,
treceava en origen posición de la lengua,
para todos nosotros que no fuimos invitados a la fiesta:
donde se rocía a los niños con fósforo blanco
bajo la bendición de la Torah.
Pero nada es para siempre.
Pintura de Lamar Baker's |
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