Como un fruto vencido te ofreces,
en madurez de nieve, efímera.
Yo, émbolo suave, te distingo
con esta floración de ramas rotas,
de labios donde anidas fugitiva.
Me tiembla el gorrión que llevo dentro,
entierro la guitarra, es roja y hueca,
tiene una voz sombría, de acuático naranjo.
Fotografía: Hajek Halke |
Enorme poeta eres
ResponderEliminarMarcos para lo que escribes...
Muchas gracias, Carlos, es usted muy amable, celebro sinceramente que te guste.
EliminarSalud