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Entra al corazón la tarde, tan
tenue que no existe.
Por aves rápidas
se fuga hacia corolas de llanto,
clama desnuda porque nada siente.
tenue que no existe.
Por aves rápidas
se fuga hacia corolas de llanto,
clama desnuda porque nada siente.
La tarde de noviembre, investida
con la pálida frescura
de un viento solitario, va desgranando seres.
Y esta mirada que no ve, fue
trabazón carnal, que mana
de su más lejana fuente.
con la pálida frescura
de un viento solitario, va desgranando seres.
Y esta mirada que no ve, fue
trabazón carnal, que mana
de su más lejana fuente.
Entra al corazón la tarde y me recuerda
una puerta cerrada o dos promesas rotas
donde vertí mis sueños.
Otra persona en mí ahora se apaga.
El alumbrado público se enciende.
una puerta cerrada o dos promesas rotas
donde vertí mis sueños.
Otra persona en mí ahora se apaga.
El alumbrado público se enciende.
Colaje de Francisco Marcos |
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