Pobre en clarinete, sueno por defecto.
Roto entre pianos impecables,
tengo caprichos de ventilador:
aviento cabelleras, borradores,
fracturas de un amor que se acabó.
Y tiemblo trigémino,
tiemblo como un niño
con la memoria hija del deseo,
estremecido caracol y tanto yunque.
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