Seguro que el 99'99 % de todas las empleadas de hogar del mundo confesarían no haber visto nunca una pelusombra, y eso, siendo las encargadas de eliminarlas. Una empleada de hogar no tiene tiempo para distinguirlas de las telarañas, los restos de celulosa, la simple pelusa de abrigo de tres cuartos o las bolitas de pelusa del ombligo. Ellas, cuando ven que van a ser irremisiblemente barridas, emiten una especie de gemido polifónico de singular belleza. Pero una limpieza general hace mucho ruido. No hay nada que haga más ruido que una limpieza general.
Dibujo digital de Manuel Marcos |
Uf, ¡eso es que no has tenido a los vecinos de al lado construirse los muebles a medida dentro de casa! ¡Y ya van tres meses! ¡Saludos!
ResponderEliminarDios santo, te compadezco, Gina, seguramente es con el propósito de que no se les cuele una pelusombra por ninguna parte. Odio a la gente previsora que aman la limpieza.
ResponderEliminarSaludos.