nada hay dentro del silencio
sino el ritmo de unos pasos
inaudibles
una flor viaja en la memoria
los perfiles se detienen
en ese ámbito donde muere el tiempo
que es sólo inmadura piel
sesgo vacío mordido por luciérnagas
este alma que ahogas
en incertidumbre
quiere escuchar el rumor
de una verdad callada
le sobran las palabras
quiere reducir a polvo
la rigidez de los tendones
que fueron tallos
en boca de inocentes llagas
mira el calibre de esta pulpa desnuda
que se posó en tu retina
con el temblor cálido de una semilla
y dijo sí por ventura
mientras la cubrías de palabras crudas
es un hombre o un estigma
si tengo que pronunciarte me seco
te llamo por tu sexo
desde un clamor sin dudas
secreta raíz del viento
sed que a las nubes invoca
cuando el amor no es tuyo
sino ofrenda pura
que sangra en la distancia
Fotografía de Nadége Costa |
Éste sin dudas será de mis preferidos tuyos, Manuel...
ResponderEliminarTe alabo el gusto, aunque suponga un resto de vanidad, Carlos.
ResponderEliminarSalud, amigo